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42-El Renacimiento - Arquitectura

(comp.) Justo Fernández López

Historia del arte en España

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El Renacimiento – Siglos XV y XVI

ArquiTectura

Arte del renacimiento, estilo artístico que se manifiesta en pintura, escultura y arquitectura en toda Europa aproximadamente desde 1400 hasta 1600. Los dos rasgos esenciales de este movimiento son la imitación de las formas clásicas, originariamente desarrolladas en la antigüedad griega y romana, y la intensa preocupación por la vida profana que se expresa en un creciente interés por el humanismo y la afirmación de los valores del individuo. El renacimiento se corresponde en la historia del arte con la era de los grandes descubrimientos, impulsados principalmente por el deseo de examinar todos los aspectos de la naturaleza y del mundo.

Durante el renacimiento, los artistas no eran considerados más que meros artesanos, al igual que en la edad media, pero por vez primera fueron vistos como personalidades independientes, comparables a poetas y a escritores.  

Los artistas renacentistas comienzan a reivindicar una actitud intelectual diferente, la del artista como teórico además de ejecutor. Los artistas buscan nuevas soluciones a problemas visuales y formales. Se desarrolló la perspectiva lineal, donde las líneas paralelas se representan como convergentes en un punto de fuga. Los pintores comienzan a ser más exigentes con el tratamiento del paisaje, por lo que prestan mayor atención a la manera de representar la naturaleza. Estudian el efecto de la luz natural, así como el modo en el que el ojo percibe los diversos elementos de la naturaleza. Desarrollaron la perspectiva aérea, según la cual los objetos perdían sus contornos y su color a tenor de la distancia que los alejaba de la vista. Los pintores del norte de Europa, especialmente los flamencos, eran más avanzados que los artistas italianos en la representación del paisaje y contribuyeron al desarrollo del arte en toda Europa al introducir el óleo como una nueva técnica pictórica.

El renacimiento de las artes coincide con el desarrollo del humanismo, en el que sus seguidores estudiaban y traducían textos filosóficos. Se revitalizó el uso del latín clásico. También fue un periodo de descubrimientos de nuevas tierras; las embarcaciones se hicieron a la mar en busca de nuevas rutas hacia Asia, que dieron como resultado el descubrimiento de América. Pintores, escultores y arquitectos sentían las mismas ansias de aventura y el deseo de ampliar sus conocimientos y obtener nuevas soluciones; tanto Leonardo da Vinci como Cristóbal Colón fueron, en cierto sentido, descubridores de mundos completamente nuevos.

El Renacimiento artístico es creación puramente italiana y es lógico que así sea. Los grandes estilos occidentales de la Edad Media encuentran en Italia manifiesta resistencia (la palabra “gótico” para el estilo gótico es creación italiano que vio en este estilo huellas de los bárbaros godos). Italia estaba aún llena de ruinas romanas y de sensibilidad cercana al mundo antiguo, de modo que se limita a transigir solamente con las nuevas formas medievales, que nunca acepta con entusiasmo.

Los artistas italianos no requirieron mucho esfuerzo para volver a la Antigüedad después de la Edad Media. Toscana es la región donde este fervor por lo antiguo es más fuerte. Dividida la península en pequeños estados, sus príncipes y tiranos pugnan por distinguirse como mecenas de artistas, escritores y humanistas. Entre los mecenas descuellan los Médicis.

La Familia Medici fue una familia italiana de banqueros y políticos que gobernó Florencia durante cuatro siglos, también conocida por su denominación en español, Médicis. La primera vez que los Medici alcanzaron notoriedad en la ciudad fue a principios del siglo XIII, como comerciantes y prestamistas y en la década de 1260 pasaron a formar parte de la vida pública. Los Medici se convirtieron en una de las familias más ricas de la Italia del siglo XV, pero siempre respaldaron a la facción popular frente a los gobernantes aristócratas de Florencia.

El Renacimiento italiano se divide en tres etapas: el Trecento (siglo XIV), el Quattrocento (siglo XV) y el Cinquecento (siglo XVI).

El renacimiento español

Comúnmente se acepta la fecha de 1492 como el inicio de este periodo con influencia del Renacimiento italiano en España. Este nuevo enfoque en las artes plásticas, la literatura o la ciencia, inspirado en la antigüedad clásica y en especial la tradición grecolatina, recibe el impulso trascendental en este año por varios acontecimientos históricos sucesivos:

Unificación del ansiado reino cristiano con la toma definitiva de Granada, última ciudad de la España islámica, y las sucesivas expulsiones de miles de creyentes judíos desde el 31 de marzo de 1492. Los musulmanes serían obligados a convertirse en 1504. Muchos optaron por la conversión pero varios miles de ellos optaron por irse a Marruecos.

La publicación de la primera gramática de una lengua vulgar europea: La Gramática castellana de Antonio de Nebrija.

El inicio del Renacimiento en España se liga íntimamente al devenir histórico-político de la monarquía de los Reyes Católicos. Sus figuras son las primeras en salir de los planteamientos medievales que fijaban un esquema feudal de monarca débil sobre nobleza poderosa y levantisca. Los Reyes Católicos aúnan las fuerzas del incipiente estado y se alían con las principales familias de la nobleza para mantener su poder. Una de estas familias, los Mendoza, utiliza el nuevo estilo como distinción de su clan y, por extensión, de la protección de la monarquía.

Poco a poco, la estética novedosa se introduce en el resto de la corte y el clero, mezclándose con estilos puramente ibéricos, como el arte nazarí del agónico reino de Granada, el gótico exaltado y personal de la reina castellana, y las tendencias flamencas en la pintura oficial de la corte y la Iglesia. Por la pervivencia hasta muy entrado el siglo XVI del Gótico isabelino o Flamígero y la tradición mudéjar, se frena la introducción y total aceptación de los sistemas renacentistas, de manera que el arte del Quattrocento triunfa en España cuando en Italia toca a su fin. La asimilación de elementos dio lugar a una personal interpretación del Renacimiento ortodoxo, que se dio en llamar plateresco. Asimismo, se importan artistas secundarios de Italia, se envían aprendices a los talleres italianos, se traen diseños, plantas arquitectónicas, libros y grabados, cuadros, etc., de los cuales se inspiran personajes, temas y composición.

El Renacimiento español es la expresión empleada para designar a la influencia y al desarrollo que se dio en España del movimiento artístico y científico originado en Italia en el siglo XV, y que se fue expandiendo por el resto de Europa Occidental en el siglo XVI, conocido como Renacimiento.

La introducción del Renacimiento en Italia es una consecuencia de las relaciones con Italia. A mitad del siglo XV, Alfonso V de Aragón es también rey de Nápoles. El Renacimiento italiano cuatrocentista se difunde en España cuando en Italia toca a su fin (es el momento en el que en Italia se inicia la reacción de Bramante). El estilo de inspiración bramantesca es el herreriano o escurialense (del Monasterio del Escorial, comenzado en el 1563).

Pero en España el tránsito del gótico al Renacimiento no es tan brusco ni tan claro como en otros países. El arte isabelino (de los Reyes Católicos), también llamado plateresco es un estilo que coincide con los últimos ensayos del gótico flamígero y los comienzos del Renacimiento.

Estilo plateresco se dice del estilo español de ornamentación empleado por los plateros del siglo XVI, aprovechando elementos de las arquitecturas clásica y ojival. Este estilo artístico español floreció durante el primer tercio del siglo XVI, y se corresponde con la primera fase del Renacimiento. Es el estilo de los artistas que están cansados del gótico e intentan nuevas formas de expresión, pero que no consiguen aún la proporción clásica. Hay que tener en cuenta que los artistas españoles del siglo XV no pierden aún del todo la “mentalidad gótica”. Así el plateresco es un estilo decorativo que en sus fórmulas sigue las líneas góticas o mudéjares aún y solo en lo exterior se ornamenta con el nuevo estilo italiano.

Muchos momentos del primer Renacimiento español tienen fachada italianizante e interior medieval. El nombre de plateresco se refiere al parecido que su ornamentación tiene con los trabajos de los plateros y orfebres: la filigrana. El estilo isabelino corresponde más bien al gótico flamígero, que no existe casi en España (excepto en Oviedo y Burgos).

Los tres estilos del siglo de oro espaÑol (XV-XVII)

Siglo XV

hasta el 1530

Siglo XVI

hasta el 1570

Siglo XVII

desde el 1570

isabelino o flamígero

plateresco o renacentista

escurialense o imperial,

herreriano

barroco o crepuscular

Oviedo, Burgos

Salamanca

El Escorial (Madrid)

Madrid

del adorno a la línea

triunfo de la línea

de la línea al adorno

Estilo isabelino o gótico hispano-flamenco

El estilo isabelino, también llamado estilo Reyes Católicos, es un estilo propio de la Corona de Castilla durante el reinado de los Reyes Católicos, que representa la transición entre el gótico final y el renacimiento inicial, con características estructurales góticas originales e influencias decorativas de la tradición castellana, del mudéjar, de Flandes y, en menor medida, de Italia.

El estilo Reyes Católicos o "isabelino", por su condición de transición, aparece a veces denominado como "gótico" y a veces como "Renacimiento".

La consideración o no del hispano-flamenco como un estilo gótico o renacentista, como un estilo ecléctico, o como una fase dentro del más genérico plateresco, es una cuestión debatida por la historiografía del arte y aún no resuelta.

El estilo isabelino introduce varios elementos decorativos más que estructurales, de influencia flamenca y otros procedentes de la tradición islámica y castellana, especialmente en las formas flamígeras. Muchos de los edificios que se construyeron en este estilo fueron encargos de los Reyes Católicos o bien estuvieron de algún modo patrocinados por ellos.

Por otro lado, muy probablemente los arquitectos españoles habituados al gótico, considerasen con cierto desprecio los tirantes metálicos vistos y refuerzos, que los arquitectos italianos se veían obligados a colocar en los arcos para resistir los empujes horizontales, cuando en el sistema constructivo «gótico» con su bien conocida distribución de fuerzas, simplemente no eran necesarios o había métodos que evitaban la «trampa» de estas ayudas arquitectónicas. A partir de la herencia gótica se empieza a gestar un estilo propio en el que se incluyen elementos más modernos. Quizá el ejemplo más representativo de este estilo sea el Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo.

Por ello en la Península se prefiere, por tradición propia, por racionalidad constructiva, el sistema gótico, que en el tiempo va evolucionando en la decoración de los edificios, correspondiendo con la riqueza general del país en el momento, hacia un recargamiento, lo que se ha dado en llamar plateresco, mientras se mantienen intactos varios elementos del gótico, especialmente el modo de llevar las cargas de las bóvedas a los pilares (no a los muros, como en el románico), apuntalándolos con los arbotantes, con sus chapiteles y muchas veces, los arcos apuntados.

El estilo plateresco

El plateresco, que fue el estilo dominante en el reinado de Carlos V, es un término acuñado para definir la capilla real de la catedral de Sevilla. Se identifica una primera fase más "medieval" en la que puede situarse el estilo Cisneros (en torno al arzobispado de Toledo y a Pedro Gumiel) y una segunda fase más "clasicista".

El término plateresco fue acuñado en el siglo XVII por el escritor español Ortiz de Zúñiga al comparar la minuciosa decoración de este periodo con el oficio de los plateros y orfebres. El mejor ejemplo de este estilo es la portada de la Universidad de Salamanca, que con el resplandor de la luz solar parece una joya de oro. Es un estilo entre lo medieval (gótico y mudéjar) y lo clásico (proporciones geométricas al modo greco-romano). Sobre el adorno gótico y germánico de pináculos y agujas como en las catedrales y sobre el adorno mudéjar y arábigo de lacerías a atauriques como en las mezquitas.

En el estilo civil del plateresco se ve renacer ya la razón geométrica del arte clásico aunque ornándose de motivos vitales, gustosos, pasionales, como flores, frutas, trofeos de guerra, medallones de testas imperiales, águilas inscripciones griegas y latinas.

Frente a la “aguja gótica” y frente al “arabesco mudéjar” en el estilo plateresco o renacentistas aparece el motivo ornamental de la “concha”, símbolo de la vida renaciente. Al estilo plateresco se la llama también “isabelino” o “isabeleño” por recordar a Isabel la Católica, fundadora del renacimiento unitario de España tras la Reconquista. Contemplando el estilo plateresco se puede comprender mejor la poesía heroica de Juan de Mena, la ascética de Osuna, la dramática de la Celestina, la lírica de Jorge Manrique y la novela caballeresca de Amadís de Gaula.

El estilo herreriano o imperial o escurialense

Este estilo corresponde a la segunda mitad del siglo XVI y se caracterizó por el triunfo de la línea sobre el adorno. Es decir, la victoria de las líneas rectas sobre las curvas y retorcidas. El triunfo de los racionales motivos grecorromanos (bramantinos, vitruvianos), la esfera, la pirámide sobre los sentimentales y místicos motivos góticos (la ojiva, la aguja de piedra) y los fantásticos motivos mudéjares (el arabesco). Es el triunfo de las masas jerarquizadas sobre la anarquía decorativa, el triunfo de lo esencial sobre lo accesorio. Contemplando este estilo escurialense se puede comprender mejor a Ercilla y su poesía épico-heroica, a Santa Teresa de Jesús y su mística, a Lope de Vega y su teatro, a Fray Luis de León y su lírica y a Cervantes y su Quijote.

El estilo barroco

El estilo barroco o estilo crepuscular es ya la decadencia en el siglo XVII. Si el plateresco fue Salamanca o el Renacimiento; y el estilo herreriano, El Escorial o el Imperio, es Madrid donde mejor se dio el barroco.

El estilo barroco se llamó entonces “churrigueresco”: Estilo de ornamentación recargada empleado por Churriguera, arquitecto y escultor barroco de fines del siglo XVII, y sus imitadores en la arquitectura española del siglo XVIII. Representa otra vez el triunfo del adorno sobre la línea, el triunfo de la fantasía sobre geometría y la razón, de lo adjetivo sobre lo sustantivo, de lo atormentado sobre lo sereno, de lo enfermizo sobre lo fuerte, de lo medieval sobre lo grecorromano, del desequilibrio sobre la armonía.

En el plateresco o renacentista del siglo XV, comienza a predominar la línea sobre el adorno. En la barroco del siglo XVII comienza a predominar el adorno sobre la línea Del modo como la hiedra trepa sobre nobles edificios en ruinas, así lo hace el barroco entre las grietas del Imperio Español, ahora en decadencia. En el barroco se ve la voluntad de volver a la arquitectura flamígera de la catedral medieval. Así cierra el barroco el círculo de los estilos arquitectónicos del Siglo de Oro español (siglos XV-XVII).

Del gótico flamígero al barroco – del neoclásico al romanticismo gotizante

El gótico flamígero es un estilo ojival, caracterizado por la decoración de calados con adornos asimétricos, semejantes a las ondulaciones de las llamas. No hubo rotura entre el gótico y el Renacimiento, sino que poco a poco el gótico se fue convirtiendo en gótico flamígero y en estilo isabelino para cristalizar en el plateresco como primer estilo pleno renacentista: edificios gráciles con gran decoración vegetal y fantástica.

Al estilo plateresco sigue el estilo simétrico herreriano, de Juan de Herrera (1530-1597), arquitecto, matemático y geómetra español seguidor de los maestros italianos. Su estilo está estrechamente ligado al Imperio Español de Felipe II y sus sucesores dinásticos de la casa de los Austrias. El estilo herreriano se llama también estilo imperial o escurialense por ser el estilo del monasterio de El Escorial. El estilo herreriano es más severo y monumental y corresponde en Italia a la etapa de Bramante y San Pedro de Roma. Donato Bramante (1444-1514) fue el arquitecto italiano más influyente junto a Rafael del alto Renacimiento, desarrollado en Roma como nuevo estilo clásico a principios del siglo XVI.

La tercera etapa renacentistas sería el barroco: los ensayos atrevidos arquitectónicos del estilo herreriano tuvieron éxito, ahora el barroco mantiene la estructura herreriana, pero se desborda el afán de demostrar las posibilidades constructivas y se recargan las fachadas o interiores con profusión. Arquitectura y y escultura se confunden en un afán de no dejar ningún espacio vacío. La reacción al barroco será luego el neoclásico, que vuelve a la medida. Con el romanticismo se vuelve al principio y resurge la predilección por lo medieval en el estilo neogótico.

El estilo isbelino y el plateresco

El tránsito del gótico al Renacimiento no fue un cambio brusco, sino un lento caminar a la búsqueda de formas nuevas por la necesidad de descansar del recargamiento del gótico flamígero con el reposo sereno de las formas clásicas. La aventura artística del gótico tiene un atormentado final esteticista que penetra y se confunde con los primeros intentos de crear un arte nuevo allá por el siglo XV.

A mediados del siglo XV, los Reyes Católicos llamaron a arquitectos extranjeros, de modo que a fines del XV España estaba invadida de arquitectos, escultores y tallistas neerlandeses, borgoñones, alemanes y franceses. Los estilos italianos son importados con un siglo de retraso. En el centro y el norte de España se adoptan más los estilos europeos, mientras que en el sur perduran reminiscencias mudéjares y se ensayan creaciones imaginativas que preconizan el barroco.

El Renacimiento cuatrocentista se difunde en España cuando en Italia toca a su fin, es decir, cuando allí se inicia la reacción del “cinquecento” con el nuevo estilo monumental clásico de Donato Bramante (1444-1514) a principios del siglo XVI. Esta reacción bramantesca se inicia en España en el último tercio del siglo XVI con el estilo herreriano imperial de El Escorial.

El estilo cuatrocentista español corresponde al plateresco (dos tercios del siglo XVI); el estilo de influencia bramantesca, al herreriano (último tercio del siglo XVI). Los últimos ensayos del gótico flamígero corresponden al estilo isabelino o plateresco; el estilo plateresco es el comienzo del Renacimiento en España.

Aunque esta división no es del todo precisa, pues hay edificios góticos que puede tener retoques renacentistas ya; otros que son más bien platerescos que góticos y otros que no son ni una cosa ni la otra. El estilo isabelino y el plateresco son estilos de transición, de ahí la dificultad. No se puede decir que el isabelino sea gótico ni lo contrario. Lo mismo ocurre con el plateresco. El isabelino ya no es del todo gótico, el plateresco no es aún renacentista. Algunos autores llaman primer Renacimiento al plateresco y pleno Renacimiento al herreriano.

Del estilo gótico al estilo isabelino

El gótico flamígero no existe casi en España. Los únicos ejemplos son los capiteles (remates en aguja de torres) de Burgos y Oviedo (de Juan de Colonia), que son obras ya de transición. Las dos últimas generaciones del siglo XV persistieron en el estilo gótico por falta de imaginación, conservadurismo o por imposición de los clientes.

Monumentos gótico-isabelinos

Fachada del Colegio de San Gregorio (Valladolid)

 

Entre las creaciones más originales de fines del siglo XV en Castilla, con prolongación en el siguiente, están un tipo de fachadas, con antecedentes posiblemente islámicos, que tienen un desarrollo autónomo respecto al edificio que comienza a partir de ellas. Llamadas a veces fachadas estandartes o tapiz. El tapiz o estandarte lo constituye todo el gran frente profusamente ornamentado. La del colegio de San Gregorio de Valladolid es una de las más antiguas y se relaciona con ámbitos burgaleses. Su construcción debió finalizarse hacia 1499, vinculándose a Gil de Siloé como el autor.

El Colegio de San Gregorio de Valladolid es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura del periodo de los Reyes Católicos. En particular, su patio y su portada son célebres por su refinada ornamentación, las elegantes proporciones y una ostensible simbología del poder.

La fachada fue concebida como un telón o estandarte (arquitectura suspendida). Su compartimentación se organiza con elementos vegetales que evocan los arcos triunfales construidos con madera y enramada, reforzándose su carácter civil y urbano. Dada su significación simbólica, la explicación de los diferentes motivos y elementos que la integran ofrece una gran dificultad, tanto individualmente como en su totalidad y en la relación entre los diferentes elementos.

La presencia del escudo de los Reyes Católicos, sostenido por leones y por el águila de San Juan podría tener una significación política o podría ser una alusión a la dedicación del edificio a la Monarquía, a la que Alonso de Burgos nombró heredera y patrona del Colegio.

Dos contrafuertes divididos en tres alturas enmarcan la fachada. La parte superior está dividida en tres calles, con dos alturas en las laterales y una sola en la central. El conjunto se remata con una crestería. El cuerpo bajo de los contrafuertes está decorado con las figuras míticas de los salvajes, armados y con el cuerpo cubierto de vello. En el segundo cuerpo encontramos soldados mientras que en el tercero vuelven a aparecer los salvajes, en este caso vestidos y armados. La puerta de ingreso presenta jambas y dintel decorados con el motivo de la flor de lis. El dintel se cierra con dos enigmáticos personajes sentados que contienen una filacteria.

En el tímpano se representa a San Gregorio recibiendo la ofrenda de fray Alonso de Burgos, fundador del Colegio. En la calle central se presenta una fuente, en cuyo entorno juegan grupos de niños. De la fuente surge el tronco de un granado que en su parte alta muestra el escudo de los Reyes Católicos, sostenido por dos leones rampantes. De las ramas del granado cuelgan el yugo y las flechas, emblemas de los monarcas.

Cartuja de Miraflores (Burgos)

 

La Cartuja de Santa María de Miraflores es un monasterio de la Orden de los Cartujos, edificado en una loma conocida como Miraflores, situada a unos tres kilómetros del centro de la ciudad de Burgos (Castilla y León).

Es una joya del arte gótico final. En el conjunto destaca la iglesia, cuya portada occidental, en estilo gótico isabelino, está decorada con los escudos de sus fundadores. El templo es de una sola nave, capillas laterales y ábside poligonal. La nave está cubierta con bóveda estrellada.

La cartuja de Miraflores fue fundada en 1442. Pero no duró mucho este primer monasterio, porque en 1454 un incendio lo destruye. En 1453 se decidió construir el actual edificio. Entre los años 1454 y 1488 se desarrollan las obras del nuevo monasterio. Las obras se encargaron a Juan de Colonia, que trabajaba por entonces en la catedral de Burgos, y comienzan en 1454. Ese año Enrique IV sucede a su padre, Juan II, y las obras quedan casi paradas.

Es en 1477 cuando son impulsadas por la reina Isabel la Católica. En su reinado se termina el Retablo Mayor y el sepulcro de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal, situado en el presbiterio. La iglesia de la cartuja es sobre todo un panteón real, ocupado por la familia de Isabel. Cuando muere Juan de Colonia, continúa la tracería arquitectónica Garci Fernández de Matienzo. Este muere de peste en 1478 y es sucedido por Simón de Colonia, hijo de Juan de Colonia. Las obras para cubrir el templo se terminan hacia 1484.

Iglesia de San Pablo (Valladolid)

 

Iglesia conventual de San Pablo es uno de los edificios más representativos de la ciudad de Valladolid.

La iglesia es del tipo de las habituales en tiempos de los Reyes Católicos, siguiendo el estilo que se desarrolla en Castilla durante su reinado; el gótico isabelino. Como corresponde al gótico tardío, presenta una sola nave con capillas abiertas entre contrafuertes, coro alto a los pies y crucero muy marcado en planta y alzado.

El ábside principal es de planta ochavada y todo se cubre con bóvedas de crucería gótica: la bóveda de la nave descansa sobre ménsulas renacentistas realizadas hacia 1540.

En los testeros del crucero se disponen dos portadas en piedra de estilo Reyes Católicos, elaboradas hacia 1490 por el taller de Simón de Colonia; la de la izquierda permitía el acceso a la capilla del Crucifijo y posteriormente se utilizó como salida al claustro; la de la derecha se configuró como portada de la capilla funeraria de Alonso de Burgos.

Monasterio de San Juan de los Reyes (Toledo)

 

Es un cenobio de la ciudad de Toledo perteneciente a la Orden Franciscana, que fue construido bajo el patrocinio de la reina Isabel I de Castilla con la intención de convertirlo en mausoleo real, en conmemoración de la batalla de Toro y del nacimiento del príncipe Juan. Se trata de una de las más valiosas muestras del estilo gótico isabelino y el edificio más importante erigido por los Reyes Católicos. El convento es, además, un monumento conmemorativo de los logros de los Reyes Católicos y de su programa político.

El monasterio de San Juan de los Reyes está considerado como el edificio más representativo del gótico toledano. La creación de un estado moderno por parte de los Reyes Católicos se tradujo en la fundación de capillas y hospitales, así como la finalización de obras anteriores como las catedrales de Burgos y Toledo. Es por ello que se combinan las formas del gótico flamígero traído por arquitectos como Enrique Egas o Juan de Colonia con elementos propios de la arquitectura árabe del sur de España.

Catedral de Burgos

 

La Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María es un templo catedralicio de culto católico dedicado a la Virgen María, en la ciudad de Burgos.

Su construcción comenzó en el año 1221, siguiendo patrones góticos franceses. Tuvo importantísimas modificaciones en los siglos XV y XVI: las agujas de la fachada principal, la capilla del Condestable y el cimborrio del crucero, elementos del gótico flamígero que dotan al templo de su perfil inconfundible.

El cimborrio gótico-plateresco, alzado primero por Juan de Colonia en el siglo XV y reconstruido por Juan de Vallejo en el XVI, siguiendo planos de Juan de Langres.

La Capilla del Condestable, de estilo gótico isabelino, en la que trabajaron la familia Colonia, Diego de Siloé y Felipe Vigarny. Es una capilla funeraria de planta centralizada, levantada en la girola de la catedral, en estilo Gótico flamígero y un incipiente Renacimiento.

El retablo gótico hispano-flamenco de Gil de Siloé para la Capilla de Santa Ana.

Catedral de Oviedo

 

Se trata de un edificio de estilo gótico, con elementos clásicos del siglo XIII, hispano flamencos del siglo XVI, manierista siglo XIV y gótico flamígero siglo XV.

Iniciada la obra en el año 1382 (siglo XIV), no será hasta mediados del siglo XV cuando se edifican la mayoría de los elementos arquitectónicos, como son el crucero, las naves y las capillas laterales. El pórtico y la torre corresponden al siglo XVI en un gótico-hispano flamenco.

La Catedral se comenzó a construir por la Capilla Mayor.

La catedral fue iniciada por Juan de Badajoz y entre los arquitectos de los que se tiene noticia destacan Bartolomé Solórzano (finales siglo XV) nacido en Trasmiera (Cantabria), el asturiano Juan de Candamo de las Tablas a partir de 1459 (siglo XV) y Pedro Bunyeres.

A pesar de tratarse de una obra ejecutada en el siglo XVI, la fachada de la Catedral de Oviedo hay que ponerla en relación con las espectaculares arquitecturas góticas que conviven con el Renacimiento, tales como las catedrales nuevas de Salamanca y Segovia. En ambas intervino Rodrigo Gil de Hontañón, a quien se debe el remate y flecha de la Catedral de Oviedo.

La torre es un "Poema romántico en piedra" (Clarín). De características góticas y renacentistas, obra de Rodrigo Gil de Hontañón sobre planos de Juan de Badajoz. Iniciada en el 1508 y terminada en el año 1587 (siglo XVI).

Se trata de una torre de cinco cuerpos, falta su gemela que no llegó nunca a construirse por falta de presupuesto. Tiene una altura de 80 metros (desde el suelo al pararrayos) y su construcción duró cerca de cincuenta años.

San Salvador, con su única torre, aglutina lo románico, lo gótico y lo barroco en una construcción singular.

Rodrigo Gil de Hontañón (1505-1577), arquitecto español, creador de las grandes catedrales góticas del siglo XVI, que, junto a figuras como Alonso de Covarrubias, Diego de Siloé, Andrés de Vandelvira, Pedro Machuca o Juan de Herrera, pertenece al grupo de los grandes maestros del siglo XVI en España, periodo de transición entre el primer plateresco de comienzos de siglo y el Renacimiento.

Del estilo isabelino al estilo plateresco

A primeros del siglo XVI, se siguen levantando moles góticas. Los artistas españoles no pierden la mentalidad gótica del todo. El Renacimiento no caló del todo en España; así es el plateresco un estilo decorativo que sigue las fórmulas constructivas góticas y mudéjares y solo en el exterior se ornamenta con el nuevo vestido italiano.

El plateresco fue más bien una nueva moda importada que sirvió a los artista de trampolín para salir del gótico y buscar nuevos estilos. Distingue al plateresco su extraordinaria riqueza decorativa. Uno de sus temas característicos es la columna abalaustrada: llamada así por su semejanza con la flor del granado (latín “balaustium” ‘granado’). Esta columna tiene partes rehundidas o estranguladas. El plateresco tiene una decoración abigarrada.

Monumentos de estilo plateresco

Los núcleos principales del plateresco están en Castilla (Burgos, Salamanca y Toledo) y Andalucía (Sevilla, Granada y Córdoba). La obra que mejor marca la transición entre el estilo isabelino y el plateresco es la Casa de las Conchas de Salamanca. La obra cumbre del plateresco es la fachada de la Universidad de Salamanca.

Casa de las Conchas (Salamanca)

 

La casa de las Conchas de Salamanca es un antiguo palacio urbano de estilo gótico y elementos platerescos. El estilo gótico tardío se combina con los nuevos aires del plateresco renacentista. Su construcción se inicia en 1493 y concluyó en 1517.

Es una hermosa y original muestra de arquitectura civil en la que se funden motivos de un goticismo naturalista con rasgos renacentistas impulsados por maestros del nuevo arte que comienza a implantarse en España, como Lorenzo Vázquez.

Las conchas que dan nombre al edificio, y que salpican toda la fachada provocando un plástico y vital efecto de luces y sombras, son una manifestación heráldica símbolo de la orden de Santiago a la que perteneció el dueño de la casa, el doctor Talavera Maldonado.

En los huecos de las fachadas se entremezclan trazas aún góticas con elementos decorativos naturalistas y heráldicos, así como motivos romanos, como la portada adintelada o el pretil de los ventanales.

Destaca también por su originalidad el patio, con arcos mixtilíneos góticos en la planta baja y escarzanos sobre columnillas renacentistas en la alta. En las enjutas de la arquería baja y en las esquinas, se disponen con insistencia más escudos de huella renacentista. También se acusa esta influencia en la balaustrada y en el artesonado de la escalera.

Fachada de la Universidad de Salamanca

 

Universidad de Salamanca (1514-1529), edificio gótico destacado por su imponente fachada, una de las muestras más destacadas del estilo plateresco español del primer tercio del siglo XVI. Se trata de un gran lienzo ciego concebido más propiamente como retablo que como fachada. Su ubicación frente a una pequeña plaza condiciona, desde un punto de vista urbanístico, las trazas compositivas de este alzado.

Sobre dos puertas gemelas escarzanas separadas por un mainel, que conservan rasgos goticistas, se desarrolla un enorme bastidor estructurado como un retablo protorrenacentista, similar a las fachadas del colegio de San Gregorio en Valladolid o Santa María en Aranda de Duero.

Es una composición de tres niveles, el tercero coronando las trazas verticales de los dos inferiores, en los que prima una exuberante ornamentación (temas florales, heráldicos y militares) que aumenta en textura e intensidad según se asciende hasta la cornisa de remate, desde los delicados temas del piso inferior –inspirados en el quattrocento italiano– a los motivos más recargados de los cuerpos superiores. Se desconoce el autor de este retablo, pero se observan similitudes con los imagineros de la catedral de Palencia, sin descartar la probable intervención de canteros franceses. Cabe destacar las decoraciones del pretil de la escalera, así como los antepechos del claustro alto.

Fachada del Convento de San Esteban (Salamanca)

 

Su construcción se extendió hasta 1610. La planta y diseño son de Juan de Álava, quien comienza la obra en 1524. Aunque se le considera un excelente ejemplo del estilo plateresco, lo prolongado de sus fases constructivas explica la mezcla de estilos que van desde el gótico final hasta el barroco, estilo este poco apreciable en su arquitectura pero bien presente en el retablo mayor obra de José Benito de Churriguera.

La fachada está compuesta por la portada de la iglesia y el pórtico de acceso al convento que forma ángulo recto con ella.

La portada de la iglesia es uno de los más bellos ejemplos de plateresco. Está concebida como portada-retablo formando un arco de triunfo bajo cuya bóveda de medio cañón se despliega la abundante decoración característica del estilo. En su centro se representa el martirio de San Esteban y por encima un Calvario, relieves ambos ejecutados por Juan Antonio Ceroni a comienzos del siglo XVII.

El pórtico, compuesto por arcos de medio punto, está inspirado en las logias renacentistas italianas, contrastando su escueta ornamentación con la exuberancia decorativa de la fachada de la iglesia. Fue realizado por Juan Ribero de Rada entre 1590 y 1592, pero los medallones de las enjutas son obra del escultor Martín Rodríguez.

Convento de las Dueñas (Salamanca)

 

La iglesia es obra del fraile dominico fray Martín de Santiago, consta de una sola nave en estilo gótico cubierta por siete bóvedas de crucería de terceletes, rematada en un ábside con retablo barroco.

En el exterior de la iglesia, de gran sobriedad, destaca la portada plateresca, con un primer orden apilastrado doble que apoya en ménsulas y encierra la puerta, en arco de medio punto. Entre las pilastras, ménsulas y doseletes para alojar estatuas. En el segundo cuerpo, ornamentadas columnas escoltan un nicho, donde se encuentran una imagen de la Virgen, además de las de san Francisco y Santo Domingo de Guzmán.

Convento de San Marcos (León)

 

En el siglo XVI, el edificio medieval se hallaba en mal estado, por lo que se derribó y se realizó una nueva obra gracias a una donación de Fernando el Católico en 1514. Sin embargo, hasta bien entrado el reinado de Carlos I, no se inició la nueva obra. Se sabe que en 1537 se construyó el lienzo de la fachada principal del convento desde la entrada hasta la iglesia, que fue consagrada en 1541.

El Convento de San Marcos en León es uno de los monumentos más importantes del Renacimiento español. Su fachada es una perla del plateresco. Es de un solo lienzo con muro de dos cuerpos y dos pisos, rematado en crestería calada y candeleros. El primer cuerpo posee ventanas de medio punto y pilastras platerescas, el segundo balcones y columnas con balaustradas. En el zócalo se presenta medallones con personajes greco-latinos y de la Historia de España. En el sobrezócalo se representan cabezas de ángeles. La torre palaciega se construyó del 1711 al 1714. Está decorada con la cruz de Santiago y un León y presenta cuatro frisos con entablamento.

La portada y entrada principal tiene dos cuerpos más peineta de estilo plateresco, aunque en el siglo XVIII se añadieron elementos barrocos. En el primer cuerpo hay un gran arco de medio punto con roseta e intradós decorado. La clave es de tipo exaltado representando a San Marcos. Hay medallones con inscripciones bíblicas y un altorrelieve de Santiago triunfante en la batalla de Clavijo. Posee un vano de estilo barroco, con el escudo de armas de Santiago y los del Reino de León. En la peineta están representados el Escudo de armas reales y una estatua de la Fama, obra de Valladolid. Arriba hay un óculo en forma de rosetón coronando la portada.

Portada de la iglesia de Santa Engracia (Zaragoza)

 

La basílica menor de Santa Engracia (Zaragoza): En la segunda mitad del siglo XV, Juan II de Aragón quiso promover un monasterio en gratitud a Santa Engracia tras su curación de una dolencia de cataratas, pero la construcción del mismo no se emprendió hasta el reinado de Fernando el Católico. El monasterio de estilo plateresco quedó en estado de ruina y fue demolido en su totalidad tras los Sitios de Zaragoza, aunque se salvó de la destrucción la portada renacentista de la iglesia, obra concebida y realizada hasta 1514 por Gil Morlanes el Viejo, y rematada por su hijo Gil Morlanes el Joven.

Hospital de Santa Cruz (Toledo)

 

El hospital fue fundado por el cardenal Mendoza a finales del siglo XV, para centralizar la asistencia a niños huérfanos y desamparados de la ciudad. Cuenta con una notable portada plateresca, obra de Alonso de Covarrubias. El edificio tiene planta de cruz griega y cuatro patios, de los que dos se realizaron por completo.

La erección del edificio vino precedida de un extraordinario desarrollo artístico durante el reinado de los Reyes Católicos protagonizado por artistas como Juan y Simón de Colonia, Juan Guas, Hanequín de Bruselas o sus sobrinos Antón y Enrique Egas, un periodo en el que los miembros de la familia Mendoza jugaron un papel esencial como mecenas y protectores de las artes y en el que se terminaron las últimas catedrales góticas y se erigieron la Cartuja de Miraflores en Burgos, el Convento dominico de Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyes en Toledo.

Sala capitular de la catedral de Toledo

 

Por iniciativa del Cardenal Cisneros se crea la nueva sala capitular con dos estancias, una antesala y la sala propiamente dicha, sustituyendo la antigua que estaba en la Capilla Mozárabe.

La antesala capitular fue edificada por Enrique Egas y Pedro Gumiel entre los años 1504- 1512, con una portada esculpida por Copín de Holanda. Su interior es de estilo “Cisneros”, combinación del gótico flamígero y último mudéjar.

De forma rectangular donde los laterales están cubiertos por armarios, que sirven para archivar las actas capitulares. Las pinturas murales del friso tienen una decoración vegetal realizado por Luis Medina, Diego López y Alonso Sánchez según las trazas de Juan de Borgoña en 1511. La portada de entrada a la sala capitular realizada en 1510, es de yeserías moriscas o mudéjares.

Palacio de los Golfines de Abajo (Cáceres)

 

Fue construido por la rama de los Golfín que se instaló en la ciudad inmediatamente tras su reconquista. En el edificio se aprecian dos estilos diferenciados: la casa-fortaleza del siglo XV y el gusto humanista del siglo XVI. Del primero destaca su torre con dos matacanes laterales y sus arcos rebajados. Del segundo sobresale la crestería plateresca de animales fantásticos que corona toda la fachada, así como las molduras de granito que envuelven puertas y ventanas y los escudos señoriales, de los Golfines y los Álvarez. La cartela con dos flores de lis y dos castillos es la que representa a los Golfines, nombre trastocado del original. Del interior merece la pena destacar el Salón de los Linajes, rectangular con artesones policromados y una completa genealogía de la familia.

Las torres son disímiles. El volumen de la torre situada en la izquierda sobresale respecto a la fachada, y sin embargo la torre de la derecha es más alta, de planta cuadrada.

Sacristía de los Cálices de la catedral de Sevilla

 

La sacristía de los Cálices es una construcción de planta rectangular integrada en la Catedral de Sevilla que fue realizada entre 1509 y 1537 y alberga una espléndida colección de pintura religiosa.

Ya en 1509 se tiene noticias del inicio de las obras por el Maestro Mayor de la catedral Alonso Rodríguez. A partir de 1512, tomo el relevo el prestigioso arquitecto Juan Gil de Hontañón.

Tras un periodo de paralización de los trabajos, en 1530 Diego de Riaño presentó un proyecto que fue aprobado por el Cabildo, el cual incluía también la Sacristía Mayor, la Sala Capitular y varios patios intermedios, el Patio de los Oleos y el Patio del Mariscal.

Diego de Riaño, asumió lo ya construido en estilo gótico, pero le añadió elementos renacentistas, como la bóveda central sobre arcos de medio punto, con bellas nervaduras que son solamente ornamentales. A su muerte, tomó el relevo Martín de Gainza que culminó el cierre de la bóveda en 1537.

Casa de Pilatos (Sevilla)

 

La Casa de Pilatos es un palacio situado en Sevilla, perteneciente a la Casa de Medinaceli. Constituye uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura civil andaluza del siglo XVI y presenta una combinación de los estilos renacentista italiano y el mudéjar español, fruto de las diferentes intervenciones acontecidas, desde el último tercio del siglo XV hasta el siglo XVII.

La Casa de Pilatos constituye un gran complejo edificatorio inserto en el casco histórico de la ciudad de Sevilla, en el sector de Santa Catalina-Santiago.

El palacio se estructura en torno a dos patios, el de ingreso y el principal en torno a los cuales, en una y dos plantas se disponen las estancias principales. En el edificio predominan las cubiertas inclinadas de teja árabe (esmaltadas en blanco y azul en la zona de la escalera).

Se accede a través de un portal de mármol, realizado por Antonio María Aprile en 1529 en Génova, de estilo renacentista a manera de arco triunfal, con medallones en sus enjutas y rematado por una crestería gótica que parece ser fue traída del palacio que los promotores del edificio tenían en Bornos.

Capilla Real de la catedral de Sevilla

 

Está situada en la cabecera de la catedral de Sevilla, y en ella están sepultados, entre otros miembros de la realeza, los monarcas Fernando III de Castilla, Alfonso X de Castilla y Pedro I de Castilla.

Antes de que fuera construida la actual Capilla Real, existieron otras dos capillas reales en la catedral de Sevilla. En una de ellas estaban sepultados Fernando III, la reina Beatriz de Suabia, Alfonso X y Fadrique Alfonso de Castilla, y en la otra Capilla Real descansaban los restos de la reina María de Padilla y de su hijo, el infante Alfonso de Castilla.

Sin embargo, las dos capillas fueron demolidas en el siglo XV a fin de construir la nueva Capilla Real de la catedral.

Palacio de Carlos V (Granada)

 

El palacio de Carlos V es una construcción renacentista situada en la colina de la Alhambra de la ciudad española de Granada, en Andalucía. Desde 1958, es sede del Museo de Bellas Artes de Granada y, desde 1994, también es sede del Museo de la Alhambra.

Fue mandado construir por el rey Carlos I de España (Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V) a partir de su boda con Isabel de Portugal, celebrada en Sevilla en 1526.

El constructor fue Pedro Machuca (?-1550), pintor y arquitecto, cuya única, pero universal, obra de arquitectura es el palacio de Carlos V, un imponente edificio renacentista.

Pedro Machuca nació en Toledo y se formó en Italia, donde fue discípulo de Miguel Ángel y pudo conocer a Jacobo Florentino. En 1528 comenzó las obras del palacio del emperador Carlos V. En sus trazas se aprecia el contacto con la cultura del arquitecto romano Vitrubio a través de los artistas italianos Rafael, Baldassare Peruzzi y, sobre todo, Giulio Romano.

Se trata de un edificio de planta cuadrada que introduce como elemento innovador un patio circular. Todo él está girado respecto a la trama principal de los patios y edificios Nazaríes de la Alhambra.

La planta del palacio la conforma un cuadrado de 63 metros de lado con un patio circular inscrito en su interior. Esta disposición, principal rasgo manierista del palacio, no tiene precedentes en la arquitectura del Renacimiento, y sitúa la construcción en lo que se considera la vanguardia artística del momento. El edificio consta de dos niveles: el bajo es de orden toscano completamente almohadillado, en cuyas pilastras se insertan grandes anillas de bronce decoradas. El piso superior es de orden jónico y sus pilastras alternadas con vanos adintelados provistos de frontón.

El aspecto global es de bastante ligereza, en contraste con la poderosa pesantez de las fachadas, más próximas al espíritu romano.

Catedral de Granada

 

Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada, sede de la archidiócesis de la ciudad, es una de las obras cumbres del Renacimiento español.

Durante el renacimiento, el Reino de Granada, al igual que Galicia, conformó un centro artístico independiente del estilo predominante en el resto de la península, el herrerianismo.

Con el reinado de Carlos I de España se llevarán a cabo numerosas construcciones en la ciudad de Granada, dada la intención del monarca en convertir a la urbe en el modelo de ciudad del siglo XVI. Así la construcción de la catedral de Granada será coetánea a las del palacio cristiano de la Alhambra, la Universidad y la chancillería.

El primer proyecto fue encomendado en 1506 a Enrique Egas que concibió un templo de estilo gótico, tomando como modelo la Catedral de Toledo. Las obras comenzaron, bajo la dirección del propio Egas, con la colocación solemne de la primera piedra el 25 de marzo de 1523. Sin embargo, fue Diego de Siloé quien, en 1529, se encargó de las obras, que se concluirán en 1563, presentando un nuevo proyecto mucho más ambicioso. El autor trazó las líneas renacentistas de todo el edificio sobre los cimientos góticos, con girola y cinco naves en lugar de las tres habituales, combinando en su estructura elementos de otros órdenes arquitectónicos.

Casa de Castril (Granada)

 

La casa de Castril es un palacio renacentista ubicado en la ciudad de Granada. Es uno de los mejores ejemplos de palacios renacentistas de Granada y perteneció a la familia de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos que participó activamente en la reconquista de la ciudad a los musulmanes y en sus Capitulaciones. En lo alto de la fachada está grabada la fecha de su construcción: 1539. Esta obra ha sido atribuida a Sebastián de Alcántara, uno de los más destacados discípulos de Diego de Siloé.

Iglesia del interior de la Mezquita de Córdoba

 

Tras la reconquista cristiana de Córdoba en 1236, Fernando III de Castilla convirtió la mezquita en catedral, sufriendo diversas alteraciones que acabarán configurando la actual Catedral de Córdoba.

A finales del siglo XV (1489) se construyó una capilla cristiana donde estaba la antigua capilla del siglo XIII. Esta nueva capilla catedralicia (dentro de la antigua mezquita) será impulsada por el obispo Íñigo Manrique (1486-1496), quien promueve la construcción de una nave con formulación arquitectónica gótica y algunas modificaciones en los accesos, que continuaron los prelados siguientes: Juan Rodríguez de Fonseca (1499-1505), Juan Daza (1505-1510), Martín (1510-1516).

Sin embargo, la mayor quiebra del edificio islámico se producirá a lo largo del siglo XVI, pues en medio de la antigua mezquita se levantará una gran nave cristiana bajo los auspicios artísticos y arquitectónicos del Renacimiento; esto supuso una ruptura grave con los postulados espaciales islámicos. No en vano la propuesta fue polémica y estuvo sujeta a duros enfrentamientos entre diferentes próceres (a favor y en contra).

Finalmente, intercedió el emperador Carlos V para que se realizara la obra, aunque más tarde se lamentara, como recogió Bernardo de Alderete, con la famosa frase «habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes».

Hospital de la sangre (Sevilla)

 

El antiguo hospital de las Cinco Llagas de Nuestro Redentor, también conocido como hospital de la Sangre, se encuentra en el barrio de la Macarena de Sevilla y actualmente constituye la sede del Parlamento de Andalucía. El Hospital fue fundado por Catalina de Ribera y Mendoza en 1500, como hospital para mujeres.

Su planta es rectangular y se articula en torno a 10 patios, de los que solo se construyeron nueve, si bien solo se conservan en la actualidad ocho. El elemento más característico del edificio es sin duda su iglesia, situada en el patio central. Posee planta de cruz latina y un amplio carácter renacentista. Es más alta que el resto del edificio.

De un refinamiento exquisito e insuperable clasicismo, su racionalidad y mesura sirvió de exponente de una nueva arquitectura, contrapuesta a la abigarrada y caótica ciudad medieval de intramuros que existía en la Sevilla de su época; y representa una de las mejores muestras de la arquitectura renacentista en toda Andalucía.

Cataluña y Valencia tienen pocos restos del estilo plateresco, pues estas regiones habían construido, con enorme esfuerzo, sus grandes catedrales góticas en los siglos XIV y XV, y en el XVI y XVII se dedican a terminarlas y rematarlas.

Del estilo plateresco al herreriano (siglo XVI)

Primera generación del siglo (hasta 1530)

 

Estilo isabelino o gótico flamígero. Predomina el adorno.

Segunda generación del siglo (hasta 1570)

 

Estilo plateresco con dramatismo decorativo anticipo del Barroco. Va del adorno a la línea.

Tercera generación del siglo (desde 1570)

 

Estilo herreriano, escurialense o imperial. Triunfo de la línea, cansancio de lo decorativo y atención a lo constructivo con predominio de la línea.

El estilo plateresco se desarrolla en dos generaciones: una a principios del siglo XVI, que recibe las normas italianas y trabaja hasta 1530, y otra que elabora y madura estas normas hasta crear obras personales y trabaja entre 1530-1570.

La decoración de la generación anterior al 1530 es más plana y sencilla; la segunda generación plateresca aumenta la decoración y su nivel de relieve sobre la fachada, así como el empleo de elementos decorativos con fines constructivos (anticipo del barroco).

El último tercio de siglo (desde 1570) significa la llegada a España del reposo y de las proporciones italianas del segundo Renacimiento. Es el momento en que madura el arte de Herrera en El Escorial y el de Machuca en el Palacio de Carlos V de Granada. Este nuevo arte herreriano, escurialense o imperial tiene algunos matices similares al segundo Renacimiento, sobre toro en Aragón y Andalucía.

Este estilo herreriano es el arte introducido en Italia por Bramante y que en España no tiene tanta difusión como el plateresco porque se vio sorprendido en fecha temprana por brotes del barroco. Los españoles no se apegaron mucho a los cánones severos del Pleno Renacimiento, prefieren la frondosidad decorativa plateresca y el emocionalismo barroco.

Donato di Pascuccio d'Antonio o Donato di Angelo di Antonio, conocido como Bramante (1443-1514) fue un pintor y arquitecto italiano, que introdujo el estilo del primer Renacimiento en Milán y el «Alto Renacimiento» en Roma, donde su obra más famosa fue el planeamiento de la Basílica de San Pedro. Tuvo una formación quattrocentista pero su plenitud artística la alcanza en el siglo XVI. Su arquitectura está caracterizada por la severidad y el uso de planta central cubierta con cúpula.

El arte arquitectónico del reinado de Felipe II, el estilo herreriano o escurialense es un “islote de clasicismo mal engastado en la diadema continua del arte español” (Ballesteros). Es una especie de paréntesis extranjerizante que no arraiga en España. Basta contemplar el Renacimiento andaluz, el más genuino de España, para ver que no da entrada a los cánones italianizantes o los deforma de modo que constituyen un precedente del barroco europeo.

Obras de la segunda generación plateresca:

Universidad de Alcalá de Henares (Comunidad de Madrid)

 

Universidad de Alcalá de Henares, la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, población cercana a Madrid (España), es uno de los testimonios más destacados del plateresco español del siglo XVI. Construida por Rodrigo Gil de Hontañón entre 1541 y 1553, se trata de la pieza más reconocible y representativa de un conjunto arquitectónico que concentra en su fachada principal toda la carga ornamental y figurativa que no encontramos en la sobriedad y desnudez que caracterizan al resto del edificio.

El patio interior es algo posterior (siglo XVII). El cuerpo principal de la fachada es un gran lienzo estructurado en tres paños horizontales por líneas de imposta que marcan el arranque de huecos. Los cuerpos laterales, separados del central por un acusado triple orden vertical continuo, son más bajos y su coronación no responde a ninguna continuidad de líneas compositivas del central, en un claro intento de realzar el elemento que encuadra la portada.

Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares (Madrid)

 

El Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares fue fundado en 1499 por el Cardenal Cisneros como origen de la Universidad de Alcalá histórica.

Es el edificio principal de la Universidad de Alcalá y el más notable símbolo de la misma. Es una de las más importantes obras del Renacimiento español.

En torno al estilo del conjunto, han sido empleados diversos términos caracterizadores: "estilo Cisneros", plateresco o "de transición". En las obras citadas, prevalece una mezcolanza de estilos, desde el gótico tardío al Renacimiento, pasando por elementos constructivos y ornamentales del mudejarismo, etc.

Se realizó asimismo un patio principal en ladrillo, que luego sería sustituido por el famoso Patio, hoy llamado de Santo Tomás de Villanueva, obra ya realizada en el siglo XVII.

La fachada, es sin lugar a dudas, la más conocida y bella obra de Rodrigo Gil de Hontañón, y fue iniciada en 1537, concluyéndose en 1553.

Palacio de Monterrey (Salamanca)

 

El palacio de Monterrey es uno de los máximos exponentes del estilo artístico plateresco. Edificado por el III conde de Monterrey, actualmente es propiedad de la Casa de Alba, que es titular de dicho condado. Fue un edificio muy admirado e imitado en el siglo XIX, dando lugar al llamado estilo Monterrey o neoplateresco, un historicismo que retomaba la estética del plateresco.

El palacio de Monterrey ha influido notablemente en múltiples edificios españoles de los siglos XIX y XX.

Colegio de Fonseca (Salamanca)

 

El Colegio de Fonseca es también conocido como del Arzobispo o de los Irlandeses, aunque su nombre real es el de Colegio Mayor de Santiago, el Zebedeo.

Fue fundado por el arzobispo Alonso de Fonseca en 1519 para acoger estudiantes gallegos.

Participaron en la construcción del Colegio los arquitectos Diego de Siloé, Rodrigo Gil de Hontañón y Juan de Álava. El resultado es un edificio de estilo renacentista en el que destacan la fachada y el patio, considerado uno de los más bellos del renacimiento español.

La iglesia que forma parte del edificio, en gótico tardío, y el retablo de Alonso Berruguete en madera policromada son también elementos de gran interés.

Hospital de Santa Cruz (Toledo)

 

El hospital fue fundado por el cardenal Mendoza a finales del siglo XV, para centralizar la asistencia a niños huérfanos y desamparados de la ciudad. Cuenta con una notable portada plateresca, obra de Alonso de Covarrubias. El edificio tiene planta de cruz griega y cuatro patios, de los que dos se realizaron por completo. El primero es de Covarrubias y da acceso al piso superior a través de una escalera de tres tramos.

En general se da una simbiosis de la tradición morisca con el arte flamenco. Cubrición de par y nudillo en madera enmarcada de casetones. La madera tiene función decorativa y utilitaria. Los sillares están bien labrados y la portada la realizó Covarrubias, la hizo adintelada, el entablamento flanqueado por pseudocolumnas pareadas y con hornacinas y doseletes; y decoración grutesca en los fustes.

Alcázar de Toledo

 

Es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad de Toledo. Su privilegiada situación ha hecho de él un lugar de gran valor estratégico militar y así lo intuyeron los diversos pueblos que se asentaron en él. Su nombre se debe a uno de esos dominadores: los árabes, que fueron los que lo llamaron «Al Qasar», que significa «fortaleza», nombre acortado del que era habitual: «Al-Quasaba», cuyo significado era el lugar de la verdadera residencia principesca.

En 1535, Carlos V encargó al arquitecto Alonso de Covarrubias transformar la fortaleza en una lujosa residencia real. El edificio estará en obras durante el reinado de Felipe II.

La diversidad en la construcción de este edificio es más evidente en sus cuatro fachadas, cada una con un estilo diferente. Una de ellas conserva los vestigios del pasado medieval del edificio. La fachada occidental es de estilo renacentista. La fachada norte, desarrollada por Covarrubias, coincide con el estilo “plateresco” (transición entre el gótico y el renacentista). Y el lado sur, Juan de Herrera, es “churrigueresco” (escultura y ornamentos).

La sobria fachada dividida en tres pisos de vanos repetidos, en torno a los cuales se concentra la decoración, y un gigantesco escudo imperial sobre la puerta reflejan el poder del constructor.

Puerta Nueva de Bisagra (Toledo)

 

La Puerta de Bisagra, o Puerta Nueva de Bisagra, es una puerta monumental situada en las murallas de la ciudad de Toledo.

Es conocida con el título de «Nueva» debido a que existe otra puerta en las inmediaciones –de menor tamaño– llamada Puerta Antigua de Bisagra o Puerta de Alfonso VI. Su nombre musulmán era bab al Shaqra.

Existe cierto debate en lo referente a su origen y antigüedad, pudiendo ser este primero árabe o mudéjar. Sufrió una reconstrucción a mediados del siglo xvi, que debió de comenzar hacia 1540; participarían en ella Nicolás de Vergara el Viejo, Juan de Benavides, Eugenio Sánchez y hacia 1547-1548 Alonso de Covarrubias. Las obras finalizarían en 1576.

Está formada por dos cuerpos independientes con dos altos muros almenados que los unen, formando un patio entre ellos, donde se encuentra una estatua de Carlos V.

El estilo herreriano del tercer tercio del siglo XVI

Triunfo de la línea: cansado de tanta decoración se vuelve al estilo sobrio de líneas, es la incorporación en España del estilo de Bramante (Basílica de San Pedro de Roma) de cincuenta años antes. El arquitecto Juan de Herrera reacciona contra el plateresco e impone el nuevo estilo de El Escorial.

Juan de Herrera (1530-1597), arquitecto, matemático y geómetra, es el máximo exponente del bajo renacimiento en España. Seguidor de los maestros italianos, en especial de Sebastiano Serlio y Iacopo da Vignola, estableció un nuevo estilo –llamado herreriano en su honor– estrechamente ligado al imperio español de Felipe II y sus sucesores dinásticos de la casa de los Austrias, también llamado estilo imperial.

Obras de estilo herreriano:

Palacio de Carlos V (Granada) de Pedro Machuca

 

El Emperador Carlos V trasladó su corte a las casas reales de la Alhambra, para pasar en ellas el verano de 1526. Nació entonces en el Emperador el deseo de hacer de Granada uno de sus puntos de residencia, por lo que proyectó construir un nuevo palacio, con mayores comodidades y más espacio que el árabe, pero conectado a este para seguir disfrutándolo, continuando con ello la labor comenzada por sus abuelos –los Reyes Católicos–, y con el deseo de convertir este palacio en el gran centro áulico del Imperio.

Así se llevó a efecto una de las mejores obras renacentistas que se hallan fuera de Italia y el primer gran palacio real de los monarcas españoles. El arquitecto encargado de la obra fue Pedro Machuca, un enamorado del renacimiento de acreditada experiencia y predecesor de Herrera.

En sus trazas se aprecia el contacto con las lecturas vitrubianas de su autor, Pedro Machuca. Marco Vitruvio Polión fue un arquitecto romano, autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva y el único de la Antigüedad clásica, De Architectura.

Se trata de un edificio de planta cuadrada que introduce como elemento innovador un patio circular, un motivo próximo al espíritu geométrico del Renacimiento.

En una España en la que el estilo imperante era el plateresco, y que no se había despegado totalmente del gótico, Machuca construyó un palacio que corresponde estilísticamente al manierismo, estilo que estaba dando sus primeros pasos en Italia.

La construcción del palacio comenzó en 1527. La construcción pasó por varias etapas, falta de fondos, sublevaciones que pararon las obras, etc.

San Lorenzo del Escorial (Madrid)

 

Conocido también como Monasterio de San Lorenzo El Real, o, sencillamente, El Escorial, fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera, Juan de Minjares, Giovanni Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora. El rey concibió un gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, plasmado por Juan Bautista de Toledo según el paradigma de la Traza Universal, dio origen al estilo herreriano.

Fue considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo, tanto por su tamaño y complejidad funcional como por su enorme valor simbólico. Su arquitectura marcó el paso del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado. Obra ingente, de gran monumentalidad, es también un receptáculo de las demás artes.

El monasterio-palacio de El Escorial fue construido entre 1563 y 1584 por el rey Felipe II de España a 43 km al noroeste de Madrid, la villa elegida por el monarca como capital del recién instaurado estado español. En su seno se incluyen un monasterio de la orden de los Jerónimos, una gran iglesia basilical, un colegio, una extensa biblioteca, un palacio real y el panteón de los Reyes de España.

1567. Felipe II firmó el 22 de abril la Carta de Fundación y Dotación del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Pocos días después, tras la finalización de la fachada del Jardín de los Frailes, gran parte de las dependencias del Monasterio y el Patio de los Evangelistas, moría Juan Bautista de Toledo.

Entre 1567 y 1569, la dirección del proyecto palaciego y monacal quedaba en manos de Giovanni Battista Castello El Bergamasco, autor de la escalera principal.

1572. Juan de Herrera, con un protagonismo cada vez más creciente, asumió la reorganización del proyecto.

Catedral de Valladolid

 

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid fue concebida en el siglo XVI y diseñada por el arquitecto Juan de Herrera. Es un edificio de estilo herreriano con añadidos barrocos. Debía ser la catedral más grande de Europa, si bien se encuentra construida en un 40-45 %, debido a la falta de recursos para un proyecto de tal magnitud y a los gastos provocados por la difícil cimentación del templo, situado en una zona con un gran desnivel en el terreno.

Se inauguró en 1668 y aunque durante el siglo XVIII se continuaron las obras, la construcción quedó inacabada, sin llegarse a terminar el proyecto de Juan de Herrera. La torre fue levantada en 1841.

Los rasgos del nuevo templo son clasicistas, basados en las construcciones de la Antigua Roma que habían inspirado a la arquitectura del Renacimiento y a teóricos como el arquitecto romano Vitruvio, con su obra De Architectura. También se nota influencia manierista, sobre todo a través de los escritos de Sebastiano Serlio. La línea es pura, sin concesiones al adorno de ninguna clase. La única decoración del edificio es la puramente arquitectónica: cornisas, capiteles, pilastras o barandas.

El proyecto tiene como referencia la nueva ideología que había inspirado el Concilio de Trento, que defendía el acercamiento de la Eucaristía al pueblo.

Iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco (Valladolid)

 

La iglesia de Santa Cruz es un templo ubicado en la localidad de Medina de Rioseco, provincia de Valladolid.

Se empezó a construir a finales del siglo XVI de estilo herreriano, con un diseño de Rodrigo Gil de Hontañón, que por falta de presupuesto no llegó a realizarse. Sus obras su sucedieron a lo largo del siglo XVII con numerosos avatares. Sus trazas son atribuidas a los maestros canteros cántabros Juan de Nates y Felipe de la Cajiga.

La fachada es su elemento más singular; recrea el diseño del arquitecto italiano Jacopo Vignola para la iglesia del Gesù, de Roma, aunque con influjos herrerianos que aportan cierta severidad. El interior sigue los modelos de las iglesias jesuíticas, con la nave central más ancha de toda España y capillas laterales unidas por pasadizos.

Iglesia de las Angustias (Valladolid)

 

La Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias (Valladolid):el arquitecto Juan de Nates proyectó una fachada inspirada en la Catedral y en modelos italianos, existiendo en las trazas ecos de Bramante. Consta de dos cuerpos, el inferior en forma de arco del triunfo, flanqueado por dos pares de columnas corintias y el superior, rematado por frontón, donde se abre una ventana adintelada flanqueada por otros dos pares de columnas, esta vez compuestas, siguiendo la ordenación ascensional de los órdenes que ya da Vitruvio.

En 1604 se concluye su construcción, con la contratación de las esculturas de la fachada que son obra del escultor e imaginero Francisco de Rincón, para ser concluidas en septiembre de 1606.

Esta iglesia se convirtió en el modelo de iglesia penitencial dentro del contexto del clasicismo vallisoletano.

El estilo herreriano pasó a América. Cuando en el último tercio del siglo XVI se trazan catedrales coloniales, se ha iniciado en la Península la reacción al plateresco y se empieza El Escorial. Estas catedrales americanas son la última muestra de Renacimiento español: México, Lima, Cuzco, Quito.

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