Hasta que

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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¿"Hasta que", es una Locución Conjuntiva Temporal o una Locución Adverbial Temporal?

La preposición hasta seguida de infinitivo, o de la conjunción que antepuesta a un verbo en forma personal, introduce oraciones subordinadas temporales.

La locución hasta que es una locución conjuntiva formada por la preposición hasta y la conjunción o transpositor que.

Cuando que introduce una oración subordinada que funciona como adyacente circunstancial, se encabeza también con la oportuna preposición, dando así lugar a locuciones conjuntivas formadas por una preposición y la conjunción que: hasta que, desde que, para que, sin que, etc. Estas unidades aparecen separadas o unidas, según el uso, como en el caso de porque.

Hasta puede ser

a)    adverbio

b)    preposición

Como adverbio equivale a ‘incluso’ y, en esta caso, es compatible con otras preposiciones: Son capaces de trabajar hasta con cuarenta grados.

Como preposición establece sintácticamente relaciones de subordinación entre una palabra y un complemento: Corrió hasta la casa.

Locución adverbial:

Las locuciones adverbiales están formadas por palabras (adjetivos o sustantivos), con o sin preposición, que equivalen a los adverbios en su significado y en su colocación sintáctica.

a cada paso

a pie juntillas

a sabiendas

al fin

de memoria

de repente

desde luego

en realidad

por supuesto

por último

sin más ni más

etc., etc.

Locución conjuntiva:

«Si la conjunción que transpone oraciones a la función del sustantivo, adoptará como estos, cuando sea preciso el índice funcional oportuno, una determinada preposición. De este modo, aparecen locuciones conjuntivas formadas por una preposición y el transpositor que, unidades que aparecen unidas o separadas en la escritura conforme al uso (así: porque, pero para que).» [Alarcos Llorach 1994: § 298]

Citas

 

locución.

1. Grupo estable de dos o más palabras que funciona como una unidad léxica con significado propio, no derivado de la suma de significados de sus componentes. Se distinguen varios tipos según su funcionamiento gramatical:

2. locución adjetiva. La que funciona como un adjetivo: una mujer de bandera, una verdad como un templo.

3. locución adverbial. La que funciona como un adverbio: Todo salió a las mil maravillas; Apareció de repente.

4. locución conjuntiva. La que funciona como una conjunción: así que, por más que.

5 ocución determinativa. La que funciona como un adjetivo determinativo: algún que otro cigarrillo.

6. locución interjectiva. La que equivale a una interjección: ¡santo cielo!, ¡Dios mío!, ¡ni modo!

7. locución nominal. La que equivale a un sustantivo y funciona como tal: brazo de gitano ('pastel de forma cilíndrica'), ojo de buey ('ventana circular').

8. locución preposicional. La que funciona como una preposición: acerca de, con vistas a, junto a, a pesar de.

9. locución pronominal. La que equivale a un pronombre y funciona como tal: alguno que otro, cada uno.

10. locución verbal. La que equivale a un verbo y funciona como tal: echar de menos, caer en la cuenta, hacer caso.

[Real Academia Española: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 765]

«hasta.

1. Preposición que se usa para expresar el término límite en relación con el tiempo, el espacio o la cantidad:

No lo tendré listo hasta el viernes;

Corrió hasta la casa;

Contaré hasta veinte;

Vino hasta mí y me besó.

Seguida de infinitivo, o de la conjunción que antepuesta a un verbo en forma personal, introduce oraciones subordinadas temporales: Grité hasta ponerme afónica; No me iré hasta que me pagues. Es muy frecuente que, cuando la oración principal tiene sentido negativo, en la subordinada aparezca un no expletivo, esto es, innecesario, como refuerzo de la negación de la oración principal:

No se fue hasta que no llegó su padre;

Se negó a confesar hasta que no llegó el juez.

Debido a lo arraigado de este uso, ha de considerarse admisible, aunque no hay que olvidar que el enunciado no necesita esta segunda negación:

No se fue hasta que llegó su padre;

Se negó a confesar hasta que llegó el juez.

2. En algunas zonas de América, especialmente en México, en la zona costera del Ecuador, en América Central y en Colombia, se produce un fenómeno inverso, esto es, la supresión de la negación no delante del verbo en oraciones con hasta, con lo que el enunciado puede interpretarse en sentidos diametralmente opuestos. Así, en estas zonas, una oración como Se abre hasta las tres puede significar que se cierra a las tres (sentido que tendría en el español general) o justamente lo contrario, que se abre a partir de las tres. Para evitar los casos de ambigüedad a que puede dar lugar, se recomienda acomodar el uso de hasta en estas zonas al del español general y colocar la negación correspondiente delante del verbo: No se abre hasta las tres, o bien dejar el verbo en forma afirmativa y sustituir la preposición hasta por a: Se abre a las tres.

3. Puede funcionar como adverbio con el sentido de ‘incluso’ y, en ese caso, es compatible con otras preposiciones:

Hasta por tu padre haría eso;

Son capaces de trabajar hasta con cuarenta grados;

Fui a buscarlo hasta a Cuenca (distinto de Fui a buscarlo hasta Cuenca).

4. hasta adelante, hasta atrás. En la lengua general, los adverbios adelante y atrás, nunca se emplean precedidos de la preposición hasta. No obstante, en México es frecuente este uso con el sentido enfático especial de ‘lo más adelante o lo más atrás posible’:

Venían llegando del panteón, cuando los que iban hasta adelante corrieron dando voces (Hayen Calle [Méx. 1993]);

Fui a sentarme hasta atrás (Mastretta Vida [Méx. 1990]).»

[RAE: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 335-336]

hasta. (Del ár. hisp. ḥattá, infl. por el lat. ad ista, hasta esto).

1. prep. Denota el término de tiempo, lugares, acciones o cantidades.

2. prep. U. como conjunción copulativa, con valor inclusivo, combinada con cuando o con un gerundio. Canta hasta cuando come, o comiendo. O con valor excluyente, seguida de que. Canta hasta que come.

3. adv. t. Am. Cen., Ecuad. y Méx. No antes de. Cierran hasta las nueve.

hasta ahora, hasta después, hasta la vista, hasta luego, o hasta más ver.

exprs. U. para despedirse de alguien a quien se espera volver a ver pronto o en el mismo día.

hasta no más.

loc. adv. Denota gran exceso o demasía de algo.

hasta nunca.

expr. Expresa el enfado o irritación de quien se despide de alguien a quien no quiere volver a ver.

hasta que, o hasta tanto que.

exprs. U. para indicar el límite o término de la acción expresada por el verbo principal. Correré hasta que me canse.

«Que y locuciones derivadas

Si la conjunción que transpone oraciones a la función del sustantivo, adoptará como estos, cuando sea preciso el índice funcional oportuno, una determinada preposición. De este modo, aparecen locuciones conjuntivas formadas por una preposición y el transpositor que, unidades que aparecen unidas o separadas en la escritura conforme al uso (así: porque, pero para que).

Como sujeto, la oración degradada [subordinada] carece, igual que el sustantivo, de preposición:

Se le figuró que aquel sapo había estado oyéndola pensar.

Bastaba que él dijera blanco para que ella afirmase negro.

Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines.

Tampoco aparece preposición en el papel de objeto directo:

Sintió que la hebilla del chaleco estallaba en su espalda.

Uno de los compañeros de viaje anunció que ya estaban en Madrid.

Pensaba que esa música estaba en el mundo.

Para la función del objeto indirecto (que es menos frecuente) se requiere la preposición a:

Daba poca importancia a que protestasen.

Dedicó todo su esfuerzo a que el negocio prosperara.

Como objeto preposicional, la oración transpuesta exige ante que la preposición impuesta por el verbo nuclear:

La quedaba la esperanza de que el muchacho se convenciera de que le convenía más estudiar que aprender un oficio.

Había convenido en que aquellas expansiones de la amistad eran inocentes.

La diferente calidad sonora de ambas me incita a que las distancie.

Si la oración transpuesta funciona como adyacente circunstancial, se encabeza también con la oportuna preposición:

Su matrimonio era previsible desde que vinieron al mundo.

No despertó hasta que la luz alumbró los ladrillos rojos.

Mañana mandas matar ese animal para que no siga sufriendo.

Y no me causéis un disgusto, porque, a la vuelta, os juro que os reviento.

Se empeñó en mudarse de casa porque no le gustaba aquel barrio.

Transcurría el tiempo sin que el tren reanudase su marcha.

La preposición aparece también para convertir en adjetivo adyacente de un sustantivo a la oración sustantivada por que:

Le agitaba el temor de que no lo viesen.

Es insoportable su afición a que le halaguen.

Se observa, pues, que las combinaciones de preposiciones y la conjunción que no son propiamente conjunciones especiales; en ellas, que es un mero sustantivador de la oración, y la preposición que le precede no afecta solo a que, sino a toda la oración. Es situación contraria a lo que ocurre cuando la preposición se antepone al relativo que: solo incide sobre este y no sobre la oración compuesta. Hay casos de homofonía entre la combinación de la preposición con el transpositor o con el relativo, que adopta a veces el artículo para evitar la ambigüedad:

Me mandó el libro porque me interesaba,

con conjunción, frente a

Me mandó el libro por el que me interesaba,

con relativo).»

[Alarcos Llorach, Emilio: Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1994, § 298]