Infinitivo en oraciones sustantivas

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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(Yo) Estaba contenta de que (yo) atrajera las miradas de los demás.

(Yo) Esperaba que (yo) un día fuera estrella de cine o algo así.

¿Son correctas estas frases o no sería mejor emplear el infinitivo en vez de las subordinadas?

¿Hay una regla respecto al empleo del infinitivo y el de la subordinada introducida por la conjunción que?

El infinitivo puede ser sustantivo y verbo a la vez. Su significación es verbal; su función sintáctica es sustantiva; sus complementos son verbales; puede incluso tener sujeto propio, como un verbo en forma personal.

El sujeto del infinitivo puede ser el mismo de la oración:

Pienso volver algún día a España.

El sujeto del infinitivo puede aparecer como totalmente independiente del verbo principal:

Al oscurecer, refresca un poco el aire.

El sujeto puede ser complemento del verbo principal:

La veo pasar todos los días por la calle.

A veces no se menciona el sujeto por falta de interés hacia él:

Felipe II mandó construir El Escorial.

 

Oraciones subordinadas adverbiales

 

En las oraciones subordinadas adverbiales se puede sustituir la conjunción y el verbo en forma personal por un infinitivo precedido de una preposición.

Las conjunciones que corresponden al significado de las conjunciones correspondientes son:

 

 

concesivas

con + infinitivo

Para abreviar una subordinada sustantiva con una preposición y el verbo en infinitivo, no es necesaria la correferencia de los sujetos de la principal y de la subordinada, que pueden ser diferentes. En caso de ambigüedad, no se debe abreviar la subordinada.

a pesar de + infinitivo

aun + gerundio

 

temporales

al + infinitivo

tras + infinitivo

después de + infinitivo

condicionales

de + infinitivo

a condición de + infinitivo

causales

por + infinitivo

finales

para + infinitivo

Es necesaria la correferencia de los sujetos.

 

consecutivas

se convierten en causales invirtiendo la

subordinada > principal = causal, y se abrevian como las causales: por + infinitivo

 

a pesar de

haber nacido en EE UU se siente italiana.

concesiva

al

haber nacido en EE UU es americana.

causal

al

volver a los EE UU recuperó su ciudadanía.

temporal

con

haber nacido en EE UU, no le dan la ciudadanía.

concesiva

de

haber nacido en EE UU podría ser americana.

condicional

hasta

cumplir los 18 años no le dan la ciudadanía.

temporal

para

haber nacido en EE UU habla mal el inglés.

concesiva

para

hablar bien inglés hay que haber nacido en Inglaterra.

final

por

haber nacido en EE UU es americana.

causal

sin

haber nacido en EE UU llegó a ministra.

concesiva

tras

haber nacido en EE UU emigró de niña a Italia.

temporal

 

No es necesaria la correferencia o identidad de los sujetos de ambas oraciones (principal y subordinada), excepto en el caso de las oraciones finales.

Compré entradas para ir tú y yo a la ópera a ver a Plácido Domingo.

La puerta de madera crujió, al abrirla el detective.

Al llegar la policía al local, los terroristas salieron por la puerta trasera.

Si yo hubiera tenido dinero, ella me hubiera querido.             

= De haber tenido  yo dinero,  ella me hubiera querido.             

No vino porque no lo avisamos nosotros a tiempo.

= No vino por no haberlo avisado nosotros a tiempo.

Si vosotros me hubierais avisado antes, yo os hubiera reservado entradas.

= De haberme avisado vosotros antes, os hubiera reservado entradas.

Si me hubieras invitado a tiempo, yo hubiera venido con mucho gusto.

= De haberme avisado tú a tiempo, yo hubiera venido con mucho gusto.

Si hubiera sabido que tenían cumpleaños, te hubiera traído un regalo.

= De haber sabido que tenías cumpleaños,, te hubiera traído un regalo.

Antes de que llegara yo a la oficina, ya me había llamado ella por teléfono.

= Antes de llegar yo a la oficina, ya me había llamado ella por teléfono.

Después de que salisteis vosotros de casa, sonó el teléfono un buen rato.

= Nada más salir  vosotros de casa, sonó el teléfono un buen rato.

Ella se separó de él después de que él le dijera que se había casado obligado.

= Ella se separó de él después de decirle él que se había casado obligado.

Al entrar ellos a la discoteca salíamos nosotros. =

= Cuando entrábamos nosotros en la discoteca, salían ellos.

Lo detuvo la policía porque no quiso pagar la cuenta del restaurante.

= Lo detuvo la policía por no querer pagar la cuenta del restaurante.

Oraciones subordinadas sustantivas o completivas

Alternancia entre infinitivo y verbo flexionado en las oraciones completivas o subordinadas sustantivas (introducidas por la conjunción que):

 

Sujeto de la subordinada

Verbo de la principal

Verbo de la subordinada

el sujeto de la subordinada es correferente con el de la principal - el sujeto de la principal y el de la subordinada son idénticos

verbos desiderativos, intelectivos y verbos de reacción psicológica

infinitivo (= perspectiva subjetiva)

los verbos de percepción son incompatibles con el infinitivo cuando el sujeto no es correferente

el sujeto del infinitivo no es correferente con el verbo principal – el sujeto de la principal y el de la subordinada son diferentes

verbos de percepción escuchar, mirar, observar, oír, sentir, ver 

 

infinitivo =

‘acusativo con infinitivo’

verbos causativos dejar, hacer, mandar

Verbos que excluyen una subordinada sustantiva con verbo conjugado

Verbos que excluyen una oración completiva [subordinada sustantiva] con verbo finito [flexionado, es decir, conjugado]:

abstenerse (de), acertar (a), acostumbrar (a), aprender (a), apresurarse (a), arrepentirse, atreverse, brindarse (a), [ser] (in) capaz (d), ceñirse (a), dedicarse (a), dignarse (a), limitarse (a), molestarse (en), tender (a), vacilar (en), etc., así como  pensar («tener intención de»), osar, saber («tener habilidad para»).

Verbos que excluyen una subordinada sustantiva con infinitivo

Verbos que excluyen una oración completiva [subordinada sustantiva] con verbo en infinitivo:

descubrir, distinguir, divisar, examinar, notar, percibir, presenciar, etc.

Según el modo de la oración subordinada

Los verbos que seleccionan oraciones sólo subordinadas sustantivas en subjuntivo son compatibles con el infinitivo.

Los verbos que seleccionan sólo oraciones subordinadas sustantivas en indicativo suelen excluir la forma no personal (infinitivo).

La forma verbal flexionada con la que alterna preferentemente el infinitivo en las oraciones subordinadas sustantivas [completivas] es el subjuntivo y no el indicativo.

Esta regla no es aplicable a los verbos que alternan indicativo y subjuntivo.

 

Citas

 

Oraciones subordinadas sustantivas con complemento de infinitivo:

«En ciertas condiciones, la subordinada sustantiva de objeto alterna con la subordinada no flexionada. En unos casos el sujeto de la subordinada es correferente con el de la principal, en otros, está bajo su control. La primera posibilidad se da con verbos desiderativos e intelectivos, la segunda no se encuentra más que con verbos de percepción y con los causativos dejar y hacer.

El sujeto del infinitivo es correferente con el verbo principal:

En estas construcciones, el complemento de infinitivo ofrece una perspectiva subjetiva, que contrasta con la perspectiva objetiva que correspondería a la subordinada flexionada:

Imagina vivir la vida que ellos vivieron, sueña con antepasados queridos y quiméricos, y fantasea recuerdos de algo como una infancia remotísima.

Ahora imagina que es un terrorista, que saca una pistola del bolsillo de la cazadora y se la pone al guardia delante de la cara.

En vez del infinitivo simple, que instaura una visión continua imperfectiva, se usa a veces el infinitivo compuesto para indicar el aspecto perfectivo:

A veces, al caminar por las revueltas callejuelas de la morería, imaginaba haber descubierto toda la trama de la conjura.

Los verbos de percepción son incompatibles con el infinitivo,

Ana ve {que tiene canas/*tener canas}.

Eva quiere {irse/*que se vaya}.

Esto sugiere que, con verbos de percepción, la subordinada de objeto señala evidencia indirecta, o sea, que es inferencial o subjetiva. Tratándose de procesos intelectivos, en cambio, la relación con el objeto puede perfilarse alternativamente de manera ‘objetiva’ o ‘subjetiva’.

Juan piensa {que comprende/comprender}.

Con verbos desidarativos

adorar, ambicionar, anhelar, ansiar, conseguir, determinar, detestar, intentar, lograr, maquinar, necesitar, odiar, perseguir, precisar [‘necesitar’], preferir, procurar, proyectar, querer

el complemento de infinitivo es la única forma posible siempre y cuando el sujeto sea correferente, como en

Miguel bebía después de cada bocado y procuraba mostrar animación.

Maquinó prepararle la muerte en la guerra.

Cuando el sujeto de la subordinada es parcialmente correferente con el de la principal, puede mantenerse el verbo conjugado en la subordinada:

Propuse tomar una cerveza en alguna terraza del Paseo de Colón, pero ella prefirió que fuésemos directamente a la pensión.

El alto grado de fusión entre los dos verbos se ve corroborado por la posibilidad de colocar los complementos de infinitivo en forma de clítico delante del verbo conjugado. Esto se observa con los verbos conseguir, esperar, lograr, necesitar, procurar y querer:

Espero conseguir el puesto.

{Espero conseguirlo/Lo espero conseguir}.

El editor aguarda los más recientes pormenores para darlos al público, como lo espera hacer en el número 14 de esta colección.

Ciertos verbos de reacción psicológica, como:

aguantar, añorar, deplorar, detestar, encajar, aborrecer, apreciar, aprobar, bendecir, celebrar, desdeñar, despreciar, lamentar, maldecir, odiar, sufrir, soportar, temer, tolerar y valorar

parecen admitir más fácilmente un infinitivo compuesto que un infinitivo simple, como muestran los ejemplos:

Yo he celebrado en extremo haberle tenido en casa.

Celebro {tenerle/poder tenerle} en casa.

En cambio, no parecen admitir la elevación del clítico, como se ve en

Lamento no habérmelos traído conmigo.

*Me los lamento (no) haber traído.

Con verbos que rigen ambos modos, como concluir, decidir, esperar, pretender y resolver, sólo el infinitivo simple corresponde a la lectura desidarativa:

Al otro día resolví que yo había estado ebrio. También resolví librarme de la moneda que tanto me inquietaba.

Con verbos que sólo rigen el indicativo, la alternancia entre subordinada flexionada y no flexionada refleja la opción entre una visión objetiva o subjetiva del objeto:

Quiero fingir que gozo y vivo, cuando padezco y muerto lentamente.

-¿Cómo la engañaste? -Fingí ser el duque Octavio.

Con algunos verbos intelectivos, la reducción de la subordinada sustantiva a un complemento de infinitivo simple se acompaña de un cambio de significado. A menudo, la interpretación se vuelve desiderativa o incoativa, como sucede en

¿Pensáis guardar estas reglas?,

Proseguí mi viaje a Medina Sidonia, donde contaba pasar la noche,

con verbos como calcular, considerar, contar, creer, estimar, imaginar, juzgar, pensar, pretender, presumir y saber.

Con saber es particularmente notable el paso de lo factivo a lo virtual:

Y mientras, ¿qué es del amor, del verdadero amor? ¿Sabrías reconocerlo e medio del inmenso descampado del erotismo patrio?

¿Lo ha comprendido, al fin, en su retiro? ¿Sabe que se equivocó? ¿Amó su corazón de madre con el debido amor?

Nótese que creer, imaginar, pensar, pretender y saber, también permiten que el clítico aparezca antepuesto al verbo principal:

Este riesgo no {supe calcularlo/lo supe calcular}.

Cada uno forjaba su sistema, cada uno lo pretendía demostrar a fuerza de raciocinios.

El infinitivo puede ser compuesto:

Lo {cree/piensa} haber olvidado en el tren,

salvo con saber:

*Lo sabe haber olvidado en el tren.

Construcciones en las que el sujeto del infinitivo no es correferente con el verbo principal.

El complemento de infinitivo cuyo sujeto no es correferente con el sujeto del verbo principal, sino con su objeto, se encuentra con los verbos de percepción: oír, sentir, ver

¿Fue esa noche cuando vi discutir por primera vez a tío Luis y a tu hermana?

De codos en la veranda. Paco siente hervir en su interior una variedad desconocida de lenguaje escatológico,

y con los causativos dejar y hacer

La máquina no deja escapar ningún ruido.

Pero usted tiene algo especial que hace a los famosos confesar.

Esta construcción se conoce bajo el nombre de ‘acusativo con infinitivo’, que contrariamente a las demás construcciones acusativas, esta no es susceptible de pasivización.

La conversión del sujeto del infinitivo en objeto directo del verbo principal realza el carácter directo a inmediato de la relación perceptiva o causativa. Compárese

¿Fue esa noche cuando vi discutir por primera vez a tío Luis y a tu hermana?

con la construcción simple

Vi a tu tío y a tu hermana (que discutían),

por oposición a la construcción compleja no reducida

Vi que tío Luis y tu hermana discutían.

La diferencia entre las dos construcciones puede apreciarse mejor cuando se dan de forma contrastada en el mismo contexto:

La propia ambición de prosperar junto a nosotros, que entonces te devoraba; lo mismo que hizo que tardaras tanto en decidirte a besarme [...] Esperanza me hace pasar al salón y dice que la señora aún no ha llegado, pero que no puede tardar.

Cuando el infinitivo es intransitivo, el clítico correspondiente al objeto aparece obligatoriamente delante del verbo principal, como muestra el ejemplos siguiente:

Lo oyó venir. / *Oyó venirlo.

La hizo salir. / *Hizo salirla.

Esto es sintomático de la cohesión entre el verbo principal y el infinitivo. Como criterios suplementarios del carácter perifrástico de estas construcciones pueden aducirse, entre otros, los siguientes: los complementos circunstanciales periféricos pueden (pero no deben) ir pospuestos al infinitivo, por ejemplo por purísima casualidad en

Hice memoria de que, algún tiempo antes, había oído hablar por purísima casualidad, sin elogio ni vituperio, de un artículo del mimo Urdiola;

la negación repercute en la selección de las formas correspondientes en el complemento de infinitivo, por ejemplo, no... nunca ningún disparate en

No sé casi nada de ella, pero no he oído decir que cometiese nunca ningún disparate.

Con el objeto masculino de persona, puede encontrarse tanto la forma del dativo como la del acusativo; el siguiente ejemplo se analiza como un caso de leísmo:

Como le vio llegar amarillo, consumido y seco, entendió que de algún grave mal venía fatigado.

Cuando el infinitivo es transitivo, el pronombre clítico correspondiente al objeto parece tomar más a menudo la forma de un dativo:

{La/Le} vi tomar un aperitivo a María.

Eso les hizo perder al PSOE la mayoría.

Nótese que, como muestra

Se lo vi tomar,

Eso se la hizo perder,

también el clítico correspondiente al complemento del infinitivo aparece antepuesto al verbo principal. Sin embargo, también existen diferencias entre las construcciones causativas y las construcciones con verbo de percepción: mientras que el clítico de un complemento del infinitivo sube obligatoriamente en las primeras

Le hice vender la casa,

{*La/*Le} hice venderla,

no es el caso en las otras

La oí cantar un bolero.

La oí cantarlo (el bolero).

?Se lo oí cantar.

A veces no hay objeto explícito, como ocurre en los ejemplos siguientes:

Ana hizo sacar el coche del garaje.

Esto conlleva (*a Juan) vender el piso.

Que Juan llegue tarde conlleva ir (*nosotros) al cine otro día.

Así sucede automáticamente cuando el sujeto es oracional, ya que este no puede actuar entonces de ‘controlador’ del objeto, como en

Esto conlleva (*a Juan) vender el piso.

Que Juan llegue tarde conlleva ir (*nosotros) al cine otro día.

Esta situación es típica de verbos como conllevar, entrañar, implicar, incluir, justificar, legitimar, (pre)suponer y requerir.

A diferencia de los causativos dejar y hacer, estos verbos implicativos no admiten que el clítico –objeto directo o indirecto– del infinitivo aparezca delante del verbo principal, como muestra el ejemplo:

Ana lo hizo sacar del garaje.

*Esto lo conlleva vender.

Por analogía con los verbos de percepción, se encuentra a veces un complemento de infinitivo con ciertos verbos judicativos, como apreciar, considerar, encontrar, estimar, evaluar, hallar, interpretar y juzgar.

Hipócrates, su coetáneo, estimaba ser divinas las enfermedades todas.»

[Delbecque, Nicole / Lamiroy Béatrice: “La subordinación sustantiva: Las subordinadas enunciativas en los complementos verbales”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 32.3.1.3 B]

«La restricción de sujeto idéntico.

Para una gran mayoría de los verbos que se construyen con completivas [subordinadas sustantivas], resulta admisible la alternancia entre infinitivo y verbo flexionado: el que se materialice una u otra posibilidad dependerá de si se da identidad o no entre el sujeto subordinado y el sintagma seleccionado como controlador por el predicado principal:

¿Deseas comprarte un Ferrari?

¿Deseas que Julia se compre un Ferrari?

Me gustaría acostarme temprano.

Me gustaría que los niños se acostaran temprano.

Consustancial a la interpretación de

agradar

desear

detestar

esperar

gustar

molestar

temer, etc.,

es el no restringir la referencia del sujeto de la subordinada, que puede coincidir o no con el sujeto o el dativo, respectivamente, del verbo principal.

Comportamiento antitético al que se acaba de reseñar es el que caracteriza, en cambio, a una lista relativamente reducida de predicados que normalmente excluyen una completiva con verbo finito. Entre los más representativos figuran

abstenerse (de)

acertar (a)

acostumbrar (a)

aprender (a)

apresurarse (a)

arrepentirse

atreverse

brindarse (a)

[ser] (in) capaz (d) [capaz admite una copletiva con que cuando se emplea con el valor de la locución (ser) posible, de uso frecuente en el español de América: Capaz que llueva enseguida]

ceñirse (a)

dedicarse (a)

dignarse (a)

limitarse (a)

molestarse (en)

tender (a)

vacilar (en), etc.,

así como

pensar («tener intención de»)

osar

saber («tener habilidad para»),

estos últimos asimilados por algunos autores a los semiauxiliares modales:

Julia se abstuvo de hacer comentarios.

*Julio se abstuvo de que las vecinas hicieran comentarios.

Juan es incapaz de matar una mosca.

*Juan es incapaz de que sus hijos maten una mosca.

La agramaticalidad de

*Julio se abstuvo de que las vecinas hicieran comentarios.

*Juan es incapaz de que sus hijos maten una mosca.

dimana directamente de las redes de correferencia de los predicados arriba citados, que no pueden emerger en construcciones en que el sujeto de la subordinada y el de la principal no sean idénticos: nadie puede, en efecto, «arrepentirse», «abstenerse», etc. de algo que escape de su esfera de influencia. Dicha exigencia se conoce con el nombre de restricción de ‘sujeto idéntico’. Dado su carácter inherentemente semántico, es previsible que en ocasiones las restricciones de correferencia puedan verse aparentemente conculcadas como consecuencia de la intervención de factores de índole interpretativa. Así, por ejemplo, la aceptabilidad de una oración como

Julio no se atreve a que la operen

podría atribuirse a la existencia de una lectura causativa para la subordinada –interpretación que permitiría preservar la restricción de ‘sujeto idéntico’ que afecta a atreverse: Julia no se atreve a (hacer) que la operen.

En virtud de la citada restricción cabe dar cuenta, asimismo, del comportamiento a primera vista anómalo de verbos como pensar y saber, que, si bien admiten completivas [subordinadas sustantivas], con infinitivo y con verbo flexionado, divergen en cuanto a la interpretación que llevan asociada en cada caso:

Tintín no sabe cantar. [«Tener habilidad para»]

Tintín no sabe que la Castafiore canta. [«Tener conocimiento»]

Tintín piensa viajar a la luna. [«Tener intención de»]

Tintín piensa que el doctor viajaré a la luna. [«Creer»]

Tanto saber como pensar se hallan sometidos a la restricción de ‘sujeto idéntico’, esto es, exigen identidad referencial entre el sujeto principal y el subordinado, situación concorde con la presencia obligada del infinitivo. Semejante peculiaridad es también extensible a los verbos modales, tal como ha sido observado por la gramática tradicional: «Hay verbos, como poder, deber, osar, soler, que forman con el infinitivo una especie de conjugación perifrástica, en la que siempre es idéntico el sujeto de los dos» (RAE 1931: § 450a).

Por el contrario, en la segunda de sus acepciones:

Tintín no sabe que la Castafiore canta. [«Tener conocimiento»]

Tintín piensa que el doctor viajaré a la luna. [«Creer»]

no actúa restricción alguna sobre la referencia del sujeto subordinado, que puede ser idéntico o no al de la oración principal: de ahí que, cuando sucede esto último, emerja una subordinada con verbo flexionado.

Una característica adicional que muestran los verbos sometidos a la restricción de ‘sujeto idéntico’ es que son incompatibles con infinitivos en forma pasiva:

*El presidente no vaciló en ser aplaudido por los diputados.

*Los socialistas se abstendrán de ser votados.

*El agresor se limitó a ser denunciado.

La agramaticalidad de los ejemplos anteriores tiene un claro contrapunto en los ejemplos siguientes:

*El presidente no vaciló en que los diputados le aplaudieran

*Los socialistas se abstendrán de que les voten.

*El agresor se limitó a que lo denunciaran

[Hernanz, M. Lluïsa: “El infinitivo”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 36.2.2.3]