Name ist Schall und Rauch

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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¿Cómo se traduce al español Name ist Schall und Rauch? 

Se trata de una cita del Fausto de Goethe. En la escena Marthens Garten, Margarita (en español Rita) le plantea a Fausto la famosa "Gretchenfrage": wie hast du's mit der Religion? [3415]. Fausto contesta con unas reflexiones que terminan así:

Nenn's Glück! Herz! Liebe! Gott!

Ich habe keinen Namen

Dafür! Gefühl ist alles;

Name ist Schall und Rauch,

Umnebelnd Himmelsglut.

[Goethe, Faust I, Vers 3457]

Traducción al español:

"El sentimiento es todo; el nombre es ruido y humo que ofusca el esplendor del cielo".

„El sentimiento lo es todo, el nombre es sólo humo que nos vela la celeste llama“.

[Wolfgang Goethe. Fausto, trad. de USL, México, OMGSA, 1985, pp. 89-90]

„El nombre es ruido y humo, envolviendo el fulgor del cielo en nieblas.“

[J. W. von Goethe, Fausto, Leipzig, pp. 137-139]

El significado actual de esta expresión alemana:

«Name ist Schall und Rauch: der Name allein sagt noch nichts über jemanden, über etwas aus; Namen sind vergänglich. „Nun stellte freilich der berühmteste Leipziger Student Johann Wolfgang Goethe fest: ’Name ist Schall und Rauch’, und so sind nach der Wende auch nicht nur die Namensschilder ausgetauscht worden“ (www.uni-leipzig.de).»

[DUDEN: Redewendungen, p. 536]

Ningún diccionario bilingüe registra esta famosa frase que ya pertenece a la idiomática alemana y que en español se traduciría simplemente por

el nombre es lo de menos

el nombre es lo que menos importa

el nombre no tiene importancia

Unamuno opina lo contrario:

"El nombre es lo que hace al hombre".

[Miguel de Unamuno: Poesías escogidas. Buenos Aires: Editorial Losada, 1965, p. 168]

Comparar:

Alemán:

Kleider machen Leute.

Español:

El hábito no hace al monge.

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

A Fausto en Goethe y en el marco de un planteamiento panteísta incorporado de sus lecturas de Spinoza, le había causado estupor el problema metafísico de Dios. Cuando Margarita le pregunta en la escena del jardín de Marta si él cree en Dios, Fausto le responderá:

No interpretes mal mis palabras, ángel mío. ¿Quién se atrevería a nombrarlo, y a hacer este acto de fe: "Creo en Él"? El que todo lo posee, el que todo lo contiene, ¿no te sostiene a ti y a mí y a Él mismo? ¿No ves redondearse allá arriba la bóveda del firmamento, extenderse aquí abajo la tierra y elevarse los astros eternos, contemplándolos con amor? ¿Acaso mis ojos no ven los tuyos, y no afluye todo a tu cerebro y a tu corazón, y no obra invisible, visiblemente, en derredor de ti, en un eterno misterio? Llena tu alma de él por profunda que sea; y cuando, saturada de ese sentimiento, te sientas feliz, dale entonces el nombre que quieras; llámale dicha, corazón, amor, Dios. Lo que es yo, no sé cómo debe llamársele. El sentimiento lo es todo, el nombre es sólo humo que nos vela la celeste llama.

[Wolfgang Goethe. Fausto, trad. de USL, México, OMGSA, 1985, pp. 89-90]

El nombre es ruido y humo, envolviendo el fulgor del cielo en nieblas.

[J.W. von Goethe, Fausto, Leipzig, pp. 137-139]