Testigo - el testigo - la testigo

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

ARCHIVO DE CONSULTAS

Soy sacerdote, colombiano y trabajo en una parroquia multicultural. Mi interrogante es sobre la palabra testigo. Ayer estaba escribiendo un artículo sobre la Pascua, en el que hice referencia al Evangelio de San Marcos. Ahí habla a cerca de las mujeres ante la tumba vacía (Mc 16:6). Quiero saber cómo se forma el femenino de testigo. ¿Se dice: El testigo y la testigo (o la testiga)? La frase decía: ....convirtiéndolas en testigos privilegiadas de tan exclusivo prodigio.

El sustantivo testigo es un nombre común en cuanto al género, es decir, no posee género gramatical determinado y se construye con artículos, adjetivos y pronombres masculinos y femeninos para aludir a personas de sexo masculino y femenino respectivamente: el testigo / la testigo, el mártir / la mártir, el artista / la artista.

Cuando se usa en aposición, no tiene variación de número:

Berna, Miami, Londres entre muchas otras ciudades han visto pasar su obra por sus principales salas y galerías siendo miles de personas testigo de su obra.

Yo soy una de las numerosas personas testigo del cariño y responsabilidad que reina allí.

Fue una de las mujeres testigo de la resurrección de Cristo.

De acuerdo a los datos aportados por dos mujeres testigo, que se encontraban en una empresa cercana a las sucursales bancarias, dos autos estuvieron estacionados por varias horas afuera de las oficinas bancarias con sus tripulantes.

Los acusados fueron denunciados por 35 policías, que declararon como testigos con identidad reservada, ante la fiscalía. De los 24 policías acusados, 19 estuvieron presos, y una vez que un juez de garantías los liberó, empezaron a ser perseguidos y amenazados los policías testigo.

Sólo a nivel del lenguaje popular y para hacer resaltar la diferencia de género, se usa el femenino testiga:

Crónica de las manifestaciones por una testiga.

Por testiga te pongo. -Testigo se dice, niña; no testiga. -Yo digo testiga porque nosotras, señor mío, para que lo sepa, somos muy mujeres; y ésta aquí es mi testiga.

Concordancia del adjetivo con sustantivos comunes en cuanto al género: "Sustantivos comunes en cuanto al género son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica" (DPD). Ejemplos:

El proyecto pretende resaltar la dureza y desproporción del sistema punitivo, de cuyo extremo rigor son testigos privilegiadas muchas mujeres gitanas.

La constancia y la fortaleza en la Fe de estas mujeres es tan grande que ellas serán las primeras no sólo en llevar la noticia de la Resurrección, sino de ser testigos privilegiadas de las primeras apariciones de Cristo.

El martes 1 de marzo las tierras rioplatenses del hermano país uruguayo fueron testigos privilegiadas de los vientos de cambio que parecen atravesar Latinoamérica.

De ojos oscuros y sombreros extravagantes, cuando Fernande cayó en manos de Picasso se presentó como una persona "ya un poco desilusionada de la vida". (...) La pareja se juntó en medio de la nada -cuando Picasso aún no era famoso- y a ella le tocó entrar en la historia como modelo y testigo privilegiada del tránsito de Picasso entre las épocas azul y rosa del período cubista.

Concordancia del adjetivo con sustantivos epicenos: "Sustantivos epicenos son los que, designando seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo. En este caso, el género gramatical es independiente del sexo del referente: personaje, vástago. La concordancia debe establecerse siempre en función del género gramatical del sustantivo epiceno, y no en función del sexo del referente; así, debe decirse La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano" (DPD).

Concordancia del adjetivo con sustantivos ambiguos en cuanto al género: "Sustantivos ambiguos en cuanto al género son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka."

Citas

 

«testigo

1. Con el sentido de ‘persona que da o puede dar testimonio de algo’, es común en cuanto al género (el/la testigo): «Cada vez que se refería a sí misma, la testigo hablaba en tercera persona» (Martínez Evita [Arg. 1995]). No debe usarse la forma *testiga para el femenino.

2. Con el sentido de ‘muestra que, en un análisis experimental, sirve como referencia’, se usa en aposición, sin variación de número): «La identificación de la enfermedad virósica se hace por inoculación a plantas testigo» (Haro Biología [Esp. 1991]).»

[RAE: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 634]

«Sustantivos comunes en cuanto al género. Son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales. En cada enunciado concreto, el género del sustantivo, que se corresponde con el sexo del referente, lo señalan los determinantes y adjetivos con variación genérica: el/la pianista; ese/esa psiquiatra; un buen/una buena profesional. Los sustantivos comunes se comportan, en este sentido, de forma análoga a los adjetivos de una sola terminación, como feliz, dócil, confortable, etc., que se aplican, sin cambiar de forma, a sustantivos tanto masculinos como femeninos: un padre/una madre feliz, un perro/una perra dócil, un sillón/una silla confortable. [...]

Aquellos cuya forma masculina acaba en -o forman normalmente el femenino sustituyendo esta vocal por una -a: bombero/bombera, médico/médica, ministro/ministra, ginecólogo/ginecóloga. Hay excepciones, como piloto, modelo o testigo, que funcionan como comunes: el/la piloto, el/la modelo, el/la testigo (no debe considerarse una excepción el sustantivo reo, cuyo femenino etimológico y aún vigente en el uso es rea, aunque funcione asimismo como común: la reo). También funcionan normalmente como comunes los que proceden de acortamientos: el/la fisio, el/la otorrino. En algún caso, el femenino presenta la terminación culta -isa (del lat. -issa), por provenir directamente del femenino latino formado con este sufijo: diácono/diaconisa; y excepcionalmente hay voces que tienen dos femeninos, uno en -a y otro con la terminación -esa (variante castellana de -isa): diablo, fem. diabla o diablesa; vampiro, fem. vampira o vampiresa

Sustantivos epicenos. Son los que, designando seres animados, tienen una forma única, a la que corresponde un solo género gramatical, para referirse, indistintamente, a individuos de uno u otro sexo. En este caso, el género gramatical es independiente del sexo del referente. Hay epicenos masculinos (personaje, vástago, tiburón, lince) y epicenos femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz). La concordancia debe establecerse siempre en función del género gramatical del sustantivo epiceno, y no en función del sexo del referente; así, debe decirse La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital más cercano, y no *La víctima, un hombre joven, fue trasladado al hospital más cercano. En el caso de los epicenos de animal, se añade la especificación macho o hembra cuando se desea hacer explícito el sexo del referente: «La orca macho permanece cerca de la rompiente [...], zarandeada por las aguas de color verdoso» (Bojorge Aventura [Arg. 1992]).

Sustantivos ambiguos en cuanto al género. Son los que, designando normalmente seres inanimados, admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka. Normalmente la elección de uno u otro género va asociada a diferencias de registro o de nivel de lengua, o tiene que ver con preferencias dialectales, sectoriales o personales. No deben confundirse los sustantivos ambiguos en cuanto al género con los casos en que el empleo de una misma palabra en masculino o en femenino implica cambios de significado: el cólera (‘enfermedad’) o la cólera (‘ira’); el editorial (‘artículo de fondo no firmado’) o la editorial (‘casa editora’). De entre los sustantivos ambiguos, tan solo ánade y cobaya designan seres animados. [o. cit., pp. 310-311]

«Unidades léxicas formadas por dos sustantivos. En las construcciones nominales formadas por dos sustantivos, de los que el segundo actúa como modificador del primero, solo el primer sustantivo lleva marca de plural: horas punta, bombas lapa, faldas pantalón, ciudades dormitorio, pisos piloto, coches cama, hombres rana, niños prodigio, noticias bomba, sofás cama, mujeres objeto, coches bomba, casas cuartel. Igual ocurre en los compuestos ocasionales de este tipo, que se escriben con guion: «Los dos nuevos edificios eran “viviendas-puente” [...]. Servían para alojar durante dos años el tiempo que tardaba la Administración en hacer casas nuevas a las familias que perdían sus pisos por grietas» (País@ [Esp.] 7.3.00). Pero si el segundo sustantivo puede funcionar, con el mismo valor, como atributo del primero en oraciones copulativas, tiende a tomar también la marca de plural: Estados miembros, países satélites, empresas líderes, palabras claves (pues puede decirse Estos estados son miembros de la UE; Esos países fueron satélites de la Unión Soviética; Esas empresas son líderes en su sector; Estas palabras son claves para entender el asunto).» [o. cit., p. 507]

«testigo

‘Persona que presencia un hecho o que lo atestigua’. Sin variación de forma, puede ser masculino o femenino, según designe hombre o mujer:

el testigo, la testigo.

Sólo en el nivel popular se usa un femenino testiga:

Una simpática lectora nos escribe para protestar por un hecho del cual había sido simplemente testiga

[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 101998, p. 431]